“Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?” Romanos 10:16

La desobediencia es algo innato en todos los seres humanos. Adán y Eva gozaban en el Edén de la comunión diaria con su Creador, pero sugestionados por Satanás, desobedecieron a Dios y fueron echados fuera. El costo tan elevado de este acto de rebeldía seguimos pagando nosotros según nos aclara la Biblia, “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron… Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno CRISTO, los muchos serán constituidos justos” Romanos 5:12 y 19

 

Desde nuestro nacimiento, somos pecadores. Lo somos por herencia y por práctica pues cada uno ha desobedecido a Dios y él dice, “el alma que pecare esa morirá”. La muerte no es un dejar de existir sino más bien un desesperante existir distanciado de Dios. Antes de obedecer al evangelio, los Efesios estaban en un condición descrita como “muertos en vuestros delitos y pecados” Efesios 2:1. Este es el verdadero estado de todo pecador delante Dios. Viviendo, está lejos de Dios. El evangelio llama al arrepentimiento y la obediencia para confiar en Cristo. Si el pecador continúa en esta condición, el mismo pagará el alto costo de su desobediencia que es la segunda muerte, una eternidad separado de Dios en el lago de fuego.

 

Tan distinto a nosotros es el Señor Jesucristo a quien atribuimos en sentido profético las palabras, “Yo no fui rebelde, ni me volví atrás. Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba” Isaías 50:5-6. Muriendo en la cruz fue un supremo acto de obediencia a Dios. Hizo posible la salvación nuestra, es decir, por medio de podemos obtener la vida eterna. “Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:8. Por la obediencia de Él puede constituirnos justos ante Dios. La Biblia pregunta, “¿Cuál será el fin de aquellos que NO OBEDECEN al evangelio de Dios? 1° Pedro 4:17, y da la contesta, “En llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor…” 1 Tesalonicenses 1:8-9. Decimos a los que no son salvos: No hagas caso omiso de estas claras advertencias. No desobedezcas la voz de tu Dios. Recibe a Cristo por la fe en este momento, pues “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Juan 3:36.  –BC/daj

Lectura Diaria:
Números 30-31 [leer]
/Proverbios 26:13-27:27[leer]
/Lucas 3 [leer]