Una enfermera tuvo una experiencia mientras hacía su trabajo en una clínica. Lea de ella.
“Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento” 1 Timoteo 6:6.

Una enfermera tuvo una experiencia mientras hacía su trabajo en una clínica. Escribió sobre ella y la lección que aprendió. “Fue al comienzo de la jornada alrededor de las 8.30 a.m. cuando un caballero de edad llegó para que sacáramos los puntos de su dedo pulgar. Tenía alrededor de ochenta años de edad y me indicó estaba apurado pues tenía una cita a las 9.00 a.m. Tomé su presión y temperatura y le invité a tomar asiento sabiendo que sería una hora antes que el doctor le pudiera atender. Le vi mirando su reloj y ya que no había otro paciente requiriendo mi atención, decidí evaluar su lesión. Vi que estuvo sana. Por eso conversé con su doctor quien me dio lo que era necesario para vendar su dedo y así dejarlo ir.”

“Mientras le atendía, le pregunté acaso tenía otra cita médica y por eso estaba apurado. Dijo que no, antes bien, tenía que ir al Hospicio para tomar desayuno con su señora esposa. Pregunté por su estado de salud y dijo que por varios meses había estado en el lugar sufriendo de la enfermedad de Alzheimer. Le pregunté si él llegara un poco atrasado, ¿se molestaría ella? Dijo que no, pues realmente no sabía quién era él. No lo había conocido en cinco años. Esto me dejó sorprendida y pregunté, “¿y usted va todas las mañanas aunque ella no le conoce?” Me sonrió y tocó mi mano mientras me decía: “ella no me conoce a mí, pero yo sé quien es ella”. Me dio ganas de llorar y cuando se fue prorrumpí en llanto mientras me decía con gran emoción, “este es el tipo de que quiero en mi vida”. No es un amor físico, ni romántico, sino es amor verdadero que acepta todo lo que está, ha estado y estará e incluye lo que nunca va a estar. La gente más feliz no tiene de todo, pero se contenta con lo que posee. Terminó su relato diciendo que quería compartir la lección que para disfrutar de la vida, no es saber cómo sobrevivir la tempestad, sino apreciar la lluvia.”

¿Cuántos habrían respondido de la manera que hizo el hombre? ¿Cuántos habrían tenido un amor tan sólido que le llevara a cumplir con su promesa nupcial de amar hasta que la muerte los separara? Pablo habló de obedecer “las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad” 1 Timoteo 6:3. La piedad se ve en la vida de una persona que busca imitar al Señor Jesús en su diario vivir. El que no lo hace “está envanecido, nada sabe” v.4 y luego viene una lista de pecados que comete pues “nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad” v.5. Cuando alguien demuestra el amor verdadero, la Biblia dice “gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. Busquemos siempre mostrar amor en nuestras relaciones especialmente a los familiares que quizás estén enfermos y necesitan una dosis de amor mayor. “Dios ama al dado alegre” 2 Corintios 9:7.

Lectura Diaria:
Deuteronomio 18:9-19:21 [leer]
/Joel 1 [leer]
/Lucas 11:37-54 [leer]