Una mujer cristiana escribió a sus amigos y amigas informándoles del aniversario de su conversión. Hizo referencia a algo que le había afectado que fue una impresión que tuvo por lo que vio en el rostro de una cristiana de larga experiencia. Lea lo que escribió.

 

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,… en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”. Efesios 1:3a, 5.

 

Es natural que cada uno se acuerde de su fecha de nacimiento. Algunos lo celebran más que otros. La única parte que no me gusta es lo inevitable de agregar una cifra más para indicar cuántos años he ocupado espacio en el planeta tierra. La Biblia habla de un segundo nacimiento. Jesús mismo introdujo el tema cuando conversaba con Nicodemo indicando lo indispensable de nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios. Dijo Jesús, “no te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”. Juan 3:7. Quienes hayan nacido de nuevo tampoco pueden olvidar de esa fecha tan importante en su vida, cuando pasaron “de muerte a vida” Juan 5:24.

 

Una dama cristiana quiso compartir su alegría y mandó un email a un amigo. “Quería decirle hoy que es mi cumpleaños espiritual. Desde hace 23 años, estoy ‘en el Señor’, pues el 19 de febrero, 1986, puse mi fe en Cristo Jesús. Sin embargo, por lo que he aprendido últimamente, voy a necesitar un mínimo de 223 años para llegar a la madurez. Espero que mi cuerpo cambiado tenga todo conocimiento cabal de la Palabra, pues si no, estaré pasando mucho tiempo en la sala de aprendizaje. Te escribo para mencionar que antes de convertirme, era ‘un hueso duro de roer’, pero el Señor utilizó una mujer cristiana devota para ‘persuadirme’ y mostrarme la verdad cristiana”.

 

La mujer relató que en su vida se había topado con personas que decían ser cristianas, pero no le convencían de tener realidad en su vida por su forma deficiente de actuar. Luego hizo referencia a la mujer utilizada por el Señor para mostrarle la otra cara de la moneda. Dijo: “percibí en ella el amor de Cristo. Estaba llena de gracia y bondad. Me parecía que ella era todo lo que debe ser una persona que pertenece a Dios como hija. Y durante los años nunca hizo nada para hacerme cambiar de parecer. Su testimonio tan gentil reflejaba el contentamiento de su espíritu, y llevaba ‘el cielo reflejado en su rostro’” La responsabilidad atañe a todo creyente en Cristo Jesús de vivir de tal manera que los que nos observan vean que “hemos estado con Jesús”. Pablo lo explicó así a los efesios, “en él (Cristo) asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos PARA ALABANZA DE SU GLORIA, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo” Efesios 1:11-12. ¿Cómo es la vida suya? ¿La puede usar Dios como un espejo que refleja la paz del cielo? –daj

Lectura Diaria:
2 Samuel 16-17 [leer]
/Jeremías 1 [leer]
/Gálatas 3:15-29 [leer]