Para entender el comportamiento que Dios espera ver en sus hijos, es imprescindible que el cristiano se vea crucificado y luego vivo para Dios por la vida de Jesucristo. El mundo necesita de cristianos que se someten a la Palabra de Dios y en verdad manifiestan la vida recibida de Cristo.

 

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” Gálatas 5:20

 

En su carta a los gálatas, Pablo aludió a la ocasión cuando tuvo que reprender a Pedro por su indigno comportamiento como cristiano. Dijo Pablo: “cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?” (Gálatas 2:14). Hoy día en muchos sectores, se levantan voces poniendo en duda el proceder de Pablo, y no de Pedro. Se escucha algo como, “¿Por qué se preocupó Pablo? Pedro tiene derecho de hacer lo que quiere”. Precisamente por esta moderna manera de pensar, hay iglesias donde los predicadores no se atreven a mencionar ciertas falencias y las congregaciones llegan a ser muy tolerantes del pecado. En su enseñanza a Timoteo Pablo dijo, “A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad” (1Timoteo 5:20-21). Así lo hizo Pablo con Pedro.

 

Pablo usó un argumento lógico con Pedro. “Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?” No fue un ataque personal; no buscaba avergonzar a Pedro; no le apocó con sus palabras. Fue un argumento lógico que Pedro pudo captar inmediatamente. En seguida Pablo hizo referencia al evangelio que anuncia la justificación por fe, tanto de los judíos como los gentiles. “NOSOTROS, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo” (Gálatas 2:15-16).

 

Pablo terminó su apelación a Pedro reconociendo que cualquiera podría caer en lo mismo, “Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago” (v.18). Luego, dio la solución espiritual. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mi” (v.20). El comportamiento cristiano es el producto de verse muerto a los dictámenes de la naturaleza pecaminosa, y verse vivo para Dios, viviendo la vida de Cristo recibida en el momento de creer en Él para la salvación y experimentar el nuevo nacimiento. Si Cristo se entregó a sí mismo por mí, y por todos los demás, ¿quién soy yo para discriminar entre los unos y los otros? El comportamiento cristiano es actuar como nuestro Señor, Jesucristo.  –daj

 

Lectura Diaria:
Éxodo 10:1-29 [leer]
/Salmos 42:1-43:5 [leer]
/Hechos 4:32-5:11 [leer]