“Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego” Exodo 13:22

Las señales de la nube y el fuego, que el Señor otorgó a los israelitas, no sólo era de utilidad, sirviendo de luz y sombra, protección y guía. También eran muy evidentes, visibles y realmente obvias. Todos las podían ver. Permanecían con ellos, aún en los años siguientes cuando fueron rebeldes. Moisés ha escrito que “nunca se apartó de delante del pueblo.” Si hubiese insistido en volver a Egipto desde Cades-Barnea, cuando rehusaron entrar en la tierra prometida debido al informe de diez de los espías, habrían tenido que hacerlo sin la presencia de la nube. Es que Dios no guía por caminos equivocados.

Amado creyente en Cristo, Dios está siempre con los suyos. El ha dicho, “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5). Dios no nos abandona, aunque a veces pensemos que lo haya hecho. El sol sigue brillando pero no siempre aprovechamos su calor. ¿Hemos conocido el gozo ilimitado de la presencia del Señor?

No permitamos que la desobediencia opaque este gozo. Aun cuando no vemos una nube ni un fuego de noche, podemos estar confiados que Dios está con nosotros y su poder nos rodea. Es la promesa de su presencia en que podemos confiar. /daj

Lectura Diaria:
1 Cronicas 1 [leer]
/Ezequiel 2-3:15 [leer]
/2 Timoteo 3 [leer]