El egoísmo es un problema que causa más daño que suponemos. El egoísmo es la preocupación por lo mío, y no toma en cuenta a otros, pero Dios no fue egoísta.

“El amor de Cristo nos constriñe” 2 Corintios 5:14

¿Qué habría pasado con nosotros si Dios hubiera sido egoísta? Jamás habríamos leído las palabras de Juan 3:16, “De tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo Unigénito.” Dios amó. Por ende, dio a su Hijo. De aquella frasecita podemos deducir que cuando está presente el egoísmo, no hay amor. De lo contrario, cuando hay amor, no hay egoísmo.

Hay un antiguo refrán, “ser advertido es ser amado” Al considerar el tema del egoísmo, sirve para advertirnos de este pecado que tan frecuentemente arruina las relaciones entre los seres humanos. Si no hubiera egoísmo, no tendríamos necesidad de semáforos en las calles. No habría guerras como las que se libran con armamentos, ni desavenencias entre compañeros de trabajo. Tampoco habría peleas en el seno familiar. ¿No es cierto que el egoísmo es la raíz de muchos males? Es triste ver como afecta también a los cristianos. Cuando está presente en la vida, afecta el modo de ser del creyente y trae reproche sobre el Nombre de Cristo. Es por nuestras acciones en las cosas pequeñas que el mundo nos juzga, y cuando mostramos una actitud egoísta, pone en tela de duda el poder de Dios para mantener en santidad a los suyos. No es por nuestro conocimiento de las Escrituras que el mundo nos juzgue, sino por nuestra aplicación de ellas a nuestra vida diaria.

El egoísmo es enfáticamente anticristiano. Lo llamamos anti-cristiano porque está escrito que “ni aun Cristo se agradó a si mismo” Romanos 15:3. Esto toca la raíz del asunto porque “El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo” 1 Juan 2:6. Al recordar que Cristo no se agradó a Sí mismo, tenemos que admitir que todo egoísmo es verdaderamente anti-cristiano. Además de este ejemplo, está el precepto bíblico: “Ninguno busque su propio bien, sino el de otro”, 1 Corintios 10:24. “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” Filipenses 2:4. Tal vez lo que más conmueve al corazón de la persona que ha gustado del amor de Cristo, es la porción en 2 Corintios 5:14-15: “Porque el amor de Cristo nos constriñe… Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucito por ellos.” En vista de todas estas referencias, se ve que el egoísmo es anti-cristiano. Si el Señor Jesús no hubiera pensado en nosotros, jamás habría hecho la obra redentora por la cual nos rescata de una vana manera de vivir. Y en vista de estas verdades, ¿No debemos evitar ser egoístas?

–A. Turkington/daj

Lectura Diaria:
Génesis 17:1-27 [leer]
/Job 20:1-29 [leer]
/Mateo 9:18-38 [leer]