Nadie quiere vivir triste. Nos gusta vivir alegres y satisfechos. Pero hay acontecimientos en la vida que nos roban del gozo que Dios quiere que tengamos. Lea de cómo disfrutar del gozo del Señor.
“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor” Filipenses 3:1. ¿Cuál es el sentimiento más favorito suyo? Algunos dicen que les satisface “el sentimiento de haber logrado con éxito la realización de una tarea”. Otros dicen sentir alivio. Me he hecho la misma pregunta y creo que “sentir gozo” en las diferentes áreas de la vida me llena de satisfacción. El gozo es el producto de ver realizadas nuestras expectativas. Me acuerdo de mi niñez cuando íbamos a la casa del abuelo para la noche buena y varios familiares también iban a estar. Durante los días anteriores anhelaba que llegara el momento feliz de estar con los demás. Con el pasar de los años las experiencias de la vida nos han enseñado que a veces el gozo se nos elude. Ocurren fracasos cuando por negligencia o por maldad, o por otros motivos, lo esperado no se realiza. A veces somos los causantes de los fracasos y nos privamos del gozo deseado. Pero cuando lo esperado se realiza, ¡qué gran sentimiento de gozo llena al alma!” Jesús entregó una lista de “bienaventuranzas” a sus discípulos, Mateo 5:1-11. Enseñó sobre la necesidad de entender y responder a las circunstancias que la vida presenta. Jesús insinuó que vivir como corresponde como discípulo suyo era una forma de sentir satisfacción y gozo. No todas las circunstancias son halagüeñas, pero cuando uno reconoce que Dios las usa para madurarnos en la vida cristiana, uno se siente bienaventurado. Por eso Jesús terminó la lista con la exhortación “gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos” v.12. Entender y reaccionar como corresponde trae gozo. Tener interés en la vida de otros también reporta satisfacción. Por eso, “gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” Romanos 12:15. Un ejemplo de eso está en Lucas 15 donde se relata que un pastor salió en busca de una oveja perdida. Seguramente sintió tristeza al descubrir que le faltaba un animal del rebaño. Pero lo buscó y lo encontró y “al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: GOZAOS CONMIGO, porque he encontrado mi oveja que se había perdido” Lucas 15:6. Quiso compartir su gozo. Pablo el apóstol entendió que el gozo puede ser compartido pues estuvo contento con los filipenses y escribió del “sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo” Filipenses 2:17-18. Jesús contó una parábola en que un señor dejó trabajo a sus siervos. Después cuando pidió cuenta de su trabajo, a los que supieron responder bien, dijo: “bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; ENTRA EN EL GOZO DE TU SEÑOR” Mateo 25:23. El nuevo año presentará muchas oportunidades para hallar gozo en servir al Señor. –daj

Lectura Diaria:
Números 20 [leer]
/Proverbios 17 [leer]
/Santiago 1 [leer]