El tema bíblico referente al Espíritu Santo es sumamente importante y requiere cuidado para no adoptar una idea equivocada. El espíritu es una Persona, igual en esencia al Padre y al Hijo y su esfera de actividad está aquí en el mundo. He aquí algunos puntos importantes acerca del Espíritu.

 

Jesús le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” Juan 4:10.

 

Cuando el Señor Jesús habló a la mujer samaritana e hizo referencia al “don de Dios”, ella no sabía a quién se refería Jesús. Jesús hablaba del Espíritu Santo pues dijo en otra ocasión “el que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” y en seguida Juan dejó establecida una gran verdad; “esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él” Juan 7:38-39.

 

La llegada del Espíritu Santo en el día de Pentecostés marcó el comienzo de la Iglesia. Fue el comienzo de la era del Espíritu que continúa hasta el día de hoy. Sin la obra del Espíritu Santo nadie experimentaría el nuevo nacimiento. Sin el bautismo del Espíritu Santo, acto por el cual la persona que cree es hecho miembro del Cuerpo de Cristo, no tendríamos Iglesia. El Espíritu Santo da seguridad al creyente en Cristo que es hijo de Dios; “el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” Romanos 8:16.

 

Los discípulos del Señor estaban conscientes de la intervención del Espíritu Santo mientras andaban con su Maestro. Sin embargo Él les anunció un cambio al referirse al “Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque MORA con vosotros, y ESTARÁ en vosotros” Juan 14:17. Después de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, iba a haber una continuación de su obra. El Encargado en ella en la esfera terrenal sería el Espíritu de Dios. No solamente estaría CON ellos, sino ¡EN ellos! La fuerza de la enseñanza del Señor es que el Espíritu estaría al lado de ellos, “en casa” con ellos, y no solamente en medio de ellos. Estaría morando siempre en el interior de su ser. Su estadía es permanente; “habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia HASTA LA REDENCIÓN DE LA POSESIÓN ADQUIRIDA, para alabanza de su gloria” Efesios 1:13-14.

 

La venida el Espíritu Santo para morar dentro del creyente ocurre en el mismísimo momento cuando uno se convierte. No es una experiencia posterior o aparte del nuevo nacimiento. Su presencia con nosotros es permanente hasta que Cristo venga a buscar a su Iglesia. Jesús dijo: “yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” Juan 14:16. Algunos tienen ideas equivocadas referentes al Espíritu Santo y su ministerio. Es necesario asirse de la verdad revelada acerca de Él en la Biblia. Debemos tomar en cuenta la repetida exhortación en Apocalipsis capítulos 2 y 3. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” Apocalipsis 2:17. –daj

Lectura Diaria:
1 Samuel 8:1-9:14 [leer]
/Isaías 49:1-26 [leer]
/2 Corintios 10:1-18 [leer]