Cantares 1:3   Tu nombre es como ungüento derramado.

 ¿Se ha preguntado usted porqué el Redentor fue llamado Jesucristo? Esta composición de su nombre más su título la ocupó el mismo Hijo de Dios para referirse a sí mismo, la noche cuando fue entregado (Juan 17:3). Luego los apóstoles también ocupan el nombre compuesto Jesucristo. Veamos primero algo con respecto al nombre “Jesús”.

En primer lugar, es el nombre personal del salvador (Mateo 1:21). Así fue llamado.

En segundo lugar, es su nombre en su humillación.  Se vincula de tal forma con la época de humanidad del Señor que lo encontramos también como designación de otras personas (Josué – Hebreos 4:8, Jesús llamado Justo – Colosenses 4:11, Bar-Jesús – Hechos 13:6). Es natural, entonces, que los evangelistas empleen mayormente el nombre Jesús, mientras que a través de las epístolas el título Cristo pasa a primer plano.

En tercer lugar, en el nombre Jesús predomina el pensamiento de la salvación (2 Corintios 4:10, Filipenses 2:10, 1 Tesalonicenses 4:14, Hebreos 2:9, 12:2, 13:12). Además, Jesús significa etimológicamente “El Señor es salvación”, y eso fue lo que anunció el ángel cuando nació: “Él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). Él sólo puede salvar (“No hay otro nombre… en que podamos ser salvos”, Hechos 4:12), y si bien pudiera hacerlo con todo ser humano, sólo se salvan “los que por él se acercan a Dios” (Hebreos 7:22, 25). Ahora bien, sólo por su resurrección y ascensión Jesús llegó a ser el Cristo en toda la extensión de la palabra (Hechos 2: 32, 36). De esta manera entendemos mejor porqué Jesús se llama a sí mismo “Jesucristo” la noche que fue entregado, y es porque ya su obra va a estar completa y nuestra redención es segura (“ya no estoy en el mundo” (Juan 17:11). Así, en el nuevo testamento vemos el camino por el cual Jesús alcanza progresivamente toda la dignidad del Cristo. Precisamente los tesoros del nombre Jesús se revelan a través de este título que significa “ungido” y que consideraremos más adelante.

No extraña, pues, que este nombre será tema de las alabanzas y al pronunciarse en el futuro hará que toda rodilla se doble (Filipenses 2:10). Reconozcamos este nombre único y hermoso. Recordémosle en este día en su humillación, pero también en su exaltación. Recordémosle como Jesús, el Cristo. rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
1 Samuel 28:1-29:11 [leer]
/Isaías 66:1-24 [leer]
/Romanos 8:18-39 [leer]