¿De qué manera se refiere Usted al Señor Jesucristo cuando habla de Él? ¿Solamente usando el nombre Jesús? Considere la forma correcta mencionada en la meditación de hoy.
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” Filipenses 2:9

¿Cómo se dirige Ud. a Dios en sus oraciones? En algunas reuniones de la iglesia local, los nuevos convertidos a veces se confunden en sus oraciones públicas y agradecen al Padre por haber muerto en la cruz... Con el tiempo entienden que fue Jesús quien dio su vida en la cruz y sus oraciones cambian. Otros repiten muchas veces en la oración: “Señor te pedimos esto”, o “Señor esto otro”, “Señor… Señor…” y terminan la oración “en el nombre del Señor Jesucristo” ¿A quién estaban orando? ¿En nombre de quién presentan la oración? Debemos ser cuidadosos. En algunas partes los orantes usan solamente el nombre Jesús sin aplicarle el nombre preferente que es el Señor Jesucristo. El nombre humano que el Hijo de Dios adquirió al entrar en el mundo fue Jesús, como le nombraron José y María según la instrucción del ángel. Era nombre común y el equivalente en el Antiguo Testamento era el nombre Josué. Jesús significa Jehová Salvador. ¿Cómo debemos referirnos al Él?

El nombre Jesús es su nombre humano. Cuando es usado solo en las epístolas, se enfatiza su humanidad. Llama la atención que cuando los discípulos o los seguidores de Jesús se dirigían a Él, le llamaban Señor y no Jesús. Los que no habían creído en Él nunca le llamaron Señor, tampoco los mismos demonios. El nombre Cristo significa el “Ungido” que viene del griego y es el equivalente al nombre Mesías en el Hebreo. Cristo es un título divino aplicado a Jesús que era profeta, sacerdote, y rey, representando las tres unciones oedenadas en el Antiguo Testamento. Es ungido de parte de Dios para cumplir las profecías hechas acerca de Él, antaño.

El nombre o título “Señor” índica la relación que existe entre la persona que lo usa y su Salvador. Conlleva el compromiso de ser obediente a sus órdenes para cumplir su voluntad. Los nombres juntos, Señor Jesucristo, es el nombre que Dios quiere escuchar de nuestros labios. Del comienzo en el día de Pentecostés, Pedro afirmó: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hechos 2:36). Esta combinación de nombres es usada más de cien veces en el NT. ¿Es importante que usemos este nombre? Dejemos que la Biblia nos conteste, “Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y TODA LENGUA CONFIESE que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11). Tengamos cuidado de adecuar nuestro lenguaje al modelo bíblico cuando nos dirigimos al Padre y al Hijo. Cuando testificamos o predicamos debemos referirnos al Salvador como el Señor, Jesucristo. Así sea. –daj/rc

 

Lectura Diaria:
2 Samuel 2 [leer]
/Miqueas 4:9-5:15 [leer]
/Romanos 11:1-12 [leer]