“¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. … ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria. Selah.” Salmo 24:8, 10

Los Salmos 22, 23, y 24 forman una trilogía. El Salmo 22 presenta al Señor como el SUFRIENTE. El Salmo 23 dibuja al Señor como el SALVADOR de las ovejas. El Salmo 24 exalta al Señor como el SOBERANO glorificado. El texto de cabecera contiene la pregunta con que termina el salmo, “¿Quién es este Rey de gloria?” En el aposento alto, antes que Judas saliera a traicionarle, Jesús oró: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” Juan 17:5. Jesús vino del cielo y algo de aquella gloria era visible a sus discípulos.

Juan el apóstol escribió: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. “ Juan 1:14. ¿Qué es lo que vieron? Temprano en su vida aquí en la tierra, el Señor hizo un milagro cambiando el agua en vino. “Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él” Juan 2:11 Durante su tiempo aquí en la tierra, el Hijo de Dios mantuvo su gloria velada excepto en ciertas ocasiones cuando hizo milagros. En forma especial la mostró a los tres discípulos en el Monte de la Transfiguración. Sus palabras de gracia y verdad y sus obras portentosas eran evidencias de su gloria, pero en su diario vivir el tomó la forma de siervo “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” Filipenses 2:7-8. Una vez sepultado, a los tres días resucitó.

La muerte no apagó el despliegue de la gloria del Señor pues Pedro dice que Dios “le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios” 1 Pedro 1:20-21. En forma práctica, el cristiano es llamado a responder a esta gloria: “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro GLORIOSO Señor Jesucristo sea sin acepción de personas” Santiago 2:1. En el futuro se escuchará el clamor “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.” Salmo 24:9. Los cristianos estaremos allí con nuestro Salvador alabando y glorificándole como El Rey de Gloria. Amén.

 

–daj

Lectura Diaria:
1 Reyes 8:31-66 [leer]
/Jeremías 16 [leer]
/Filipenses 1:21-2:11 [leer]