El cristiano sabe apreciar cualquier gesto de abnegación de parte de otros pues el sacrificio de Cristo en la cruz es la razón porque disfrutamos de la paz con Dios. Leamos acerca de un soldado.

El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, LA HONRA, la gloria y la alabanza. “ Apocalipsis 5:12.

Un pasajero escribió que mientras viajaba en avión en Canadá, se fijó en un soldado sentado al otro lado del pasillo. Recién el personal de vuelo le había invitado a sentarse en primera clase. Viajaba con una bandera canadiense doblada sobre sus rodillas. Después de comenzar el vuelo, el pasajero preguntó al soldado acaso iba de vuelta a su casa. “No”, dijo sin decir más. El pasajero insistió, “Bueno, entonces es todo lo contrario, ¿se dirige a… Afganistán?” “Tampoco” replicó el soldado, “es que estoy acompañando a un compañero” y agregó, “está conmigo en este vuelo. Fue muerto, y le estoy devolviendo a su familia”. La noticia pegó fuerte y el viajero lo sintió en su interior. El soldado dijo: “He conversado tanto con su familia en estos días que parece que les conozco”. El viajero no supo hacer otra cosa sino que estrechó la mano del soldado y dijo, “Muchas gracias”.

 

El avión aterrizó y antes que llegara a la manga para desembarcar a los pasajeros, la voz del capitán pidió la atención de todos. “Damas y caballeros,” dijo, “tenemos el honor de tener a bordo al Sargento Steeley de las Fuerzas Armadas Canadienses. Está acompañando los restos mortales de un camarada para entregarlos a su familia. Favor quedarse sentado cuando abrimos la puerta para que el Sargento desembarque y reciba a su compañero en la losa. Después pueden desembarcar”. Todos obedecieron al capitán mientras miraban por la ventana cómo el militar se cuadró frente al ataúd cuando fue bajado. Los pasajeros salieron pensativos del avión, agradecidos por un soldado desconocido que había dado su vida en un campo batalla para preservar la libertad que todo amante de la paz anhela. Todos apreciamos los actos de valentía y muestras de sacrificio que llaman la atención. Por cierto hay muchos casos que desconocemos.

 

El cristiano sabe apreciar cualquier gesto de abnegación de parte de otros pues el sacrificio de Cristo en la cruz es la razón porque disfrutamos de la paz con Dios. El soldado que dio su vida por su patria y por la causa de la elusiva paz en el mundo nos hace pensar en el sacrificio que hizo Jesucristo en la cruz para salvarnos. Fue por su amor a nosotros y para obtener la paz eterna con Dios. “Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” Efesios 5:2. “El es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, … para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz” vv.14-15. Durante todo el año en día domingo, muchos hermanos a través del mundo nos reunimos con los símbolos de un pan y una copa en nuestro medio y hacemos memoria del Señor Jesús. No será para saludar los restos en un ataúd, sino para alabar a Cristo Jesús, quien “murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” Romanos 8:34. “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar… LA HONRA, la gloria y la alabanza” Apocalipsis 5:12.  -daj

Lectura Diaria:
2 Samuel 15 [leer]
/Sofonías 3 [leer]
/Gálatas 3:1-14 [leer]