Recuerdo la sensación de alivio y placer cuando trabajaba de noche en la torre de control de un aeropuerto y los primeros rayos del sol se asomaban sobre el horizonte del oriente. Pronto sentimos un cierto deleite al ver el pasto, las montañas, el agua del estrecho y los diferentes aviones. Era más fácil discernir los aviones que venían llegando. Cuán importante es la luz que revela la naturaleza pero nada hay comparable con la Luz que revela la Verdad.

 

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” Juan 1:1.

 

Juan el apóstol comienza su evangelio hablando del Verbo. La palabra “Verbo” en español es la traducción que los traductores dieron a la palabra original, “Logos”, o, “Palabra”. Un verbo es una palabra de acción y es uno de los nombres que pertenecen al Señor Jesús. Lo importante en Juan 1:1 no es que los traductores usaran la palabra Verbo, sino las tres cosas dichas acerca del Verbo. 1. El Verbo ya existía “en el principio”. Si en un principio ya existía, es obvio que el Verbo mismo no tuvo principio, siempre ha sido. 2. El Verbo era con Dios. El Verbo es una persona con su identidad propia y era con Dios. 3. No solamente el Verbo existía y era con Dios, sino, ¡era Dios! Es una frase clara que no da pie a otro significado que el obvio; el Verbo era Dios.

 

Juan 1:14 indica que este maravilloso Verbo, “fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. O sea, el Verbo que antes vivía en el cielo, que era con Dios, y que era Dios, vino a este mundo tomando forma de hombre como miembro de la raza humana. Se le podía tocar, observar, y apreciar en sus características especiales. “(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. En los versículos anteriores, Juan había indicado cosas maravillosas acerca del Verbo. Era el Creador y sin su intervención, “nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” v.3. La vida del Verbo era distinta a la vida de todo otro ser humano; “era la luz de los hombres” v.4. ¿Cómo podemos entender esto? La presencia de una luz permite ver los objetos a nuestro alrededor. La luz del sol por ejemplo permite que discernamos la forma de los objetos, la distancia que nos separa de ellos, su tamaño, y su relación a otros objetos. La presencia de la luz también advierte de peligros que existen y de los cuales no tendríamos ninguna información si sólo hubiera tinieblas.

 

La palabra luz es usada en muchos idiomas para indicar conocimiento. El conocimiento que sirve para indicarnos nuestros deberes es como luz. El conocimiento nos libra de muchos males. “Todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo” Efesios 5:13. Jesucristo es la luz de los hombres, o sea, es el instructor o maestro que enseña a los seres humanos. No hay engaño en su boca. Por tanto, su testimonio es fiel y digno de ser recibido por todos. Proféticamente Jesús fue llamado la luz; “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” Isaías 9:2. Gracias a Dios por la luz de la verdad con que ha resplandecido en los corazones de quienes en Él creemos. ¿Conoces a Cristo como la Luz? Dijo Él “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12. ¿Sigues a esta Luz? –daj

Lectura Diaria:
Jueces 3:5-31 [leer]
/Isaías 24:1-23 [leer]
/1 Corintios 3:1-23 [leer]