En esta época de fin de año, la Navidad que se aproxima nos permita considerar la persona del Hijo de Dios apropiadamente. Continuemos aclarando algunos puntos:
“El es la imagen del Dios invisible” Colosenses 1:15
Tercero, Jesús era Dios y el Hijo de Dios al mismo tiempo. Cuando el apóstol Juan escribió su relato de la vida de Jesús, lo llamo “el Verbo”, declarando: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn 1.1). El Hijo de Dios vino al mundo como un hombre visible para mostrar “la imagen del Dios invisible” (Col 1.15). A lo largo de su ministerio, Cristo afirmó su deidad afirmando que Él y el Padre eran uno (Jn 10.30), y que cualquiera que le viera o le conociera, había visto y conocido al Padre (Jn 12.45; 14.7). Tal vez no podemos dimensionar esta maravilla, tal como los de su tiempo no dimensionaron el hecho de que Dios mismo estaba en la persona de Cristo.
Cuarto, el Padre y el Hijo crearon todas las cosas. El papel de Cristo en la creación está implícito por primera vez en Génesis 1.26, cuando Dios dice: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. Los pronombres en plural revelan que los tres miembros de la Trinidad estuvieron involucrados en la creación. Sin embargo, Colosenses 1.16, 17 expresa con más claridad lo implicado en el Antiguo Testamento: “En él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles… él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. Piense en ello. Jesús nació en el mundo que Él mismo creó. ¡Qué demostración tan maravillosa de amor por la humanidad perdida!
Quinto, no hay ningún nombre que se compare al de Jesús. No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos (Hch 4.12). Esta es una de las razones por la que el mundo ve a los cristianos como intolerantes —porque proclamamos a Jesús como el único camino al Padre. Aunque muchas personas se burlan y usan su nombre en vano, sabemos que un día toda rodilla se doblará ante Él y confesará que es el Señor (Fil 2.9-11).
Sexto, Jesucristo algún día regresará a la Tierra como Rey y Juez de toda la humanidad. Dado que tantas profecías del Antiguo Testamento se cumplieron con su primera aparición, podemos estar seguros de que Él también cumplirá las que se relacionan con su segunda venida. Este argumento debiera hacer meditar seriamente a muchos que dudan el día de hoy. No nos equivoquemos: en lugar de entrar al mundo como un bebé indefenso visto únicamente por María y José, la próxima vez todo ojo le verá cuando venga en nubes de gloria (Ap 1.7).
Jesús no era un bebé como cualquier otro, ni tuvo la intención de mantenerse en el pesebre para ser recordado una sola vez al año como parte de una tradición. Él es mucho más grande de lo que la mayoría de la gente piensa, y la Navidad nos ofrece una oportunidad única para que los demás conozcan su verdadera identidad. Después de todo, no hay mensaje más importante. Jesucristo es la única esperanza que este mundo tiene. Jesús es “la alegría del hombre”, escribió JS Bach. Gracias a Dios por su venida; Gracias a Dios por la Navidad.
CS/rc
Lectura Diaria: | ||
1 Cronicas 17-18 [leer]
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/Ezequiel 17 [leer]
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/Juan 6:22-44 [leer]
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