El tema de la confianza y de la fe se halla a través de la Biblia. En Abraham y en Saúl el rey tenemos ejemplos de personas que no sabían esperar. En David el rey y en Job tenemos ejemplos de personas que supieron esperar. El texto de hoy indica el mejor camino.

 

Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará” Salmo 37:5

 

Al leer los salmos escritos por David se llega a la conclusión que él pasó parte de su vida siendo atacado por otros. Siendo joven y sin merecerlo, Saúl el rey le atacó con una lanza. Quiso matarle dos veces pero siendo joven, David saltó y evadió el lanzazo. Su hijo Absalón se sublevó contra él. Cuando David asumió como rey de Israel, tuvo que esperar alrededor de siete años antes que fuera reconocido rey por toda la población. Estuvo mucho tiempo en Hebrón antes de cambiarse a Jerusalén.

 

El Salmo 37 parece un soliloquio de David aunque no se sabe cuáles fuesen las circunstancias que dieran origen a los conceptos que contienen. Un soliloquio es un monólogo en que un individuo habla consigo mismo y revela sus pensamientos. En el caso de David, contiene excelentes consejos, y pueden ser aplicados a la vida de otros que sufren. “No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad” Salmo 37:1. El tema principal del salmo es: ‘No se ponga impaciente con los malignos que parecen prosperar’. Es fácil sentir envidia de los malhechores que viven su vida sin muchos contratiempos. La exhortación es más bien confiar “en Jehová” sin perder de vista la necesidad de hacer “el bien” v.3. Muchos se dejan desanimarse por las circunstancias, luego se amargan y se tornan irritables. Pierden interés en vivir para la gloria de Dios y se ponen complicados. El salmista llama a los tales a deleitarse “en Jehová”, y también orar. La promesa es que Él “te concederá las peticiones de tu corazón” v.4.

 

Una de las virtudes más difíciles de practicar es la paciencia cuando uno pasa por una prueba. El salmista dio excelentes consejos como encomendar a Jehová tu camino; y esperar en Él. Como ejemplo de saber esperar, del Señor Jesús leemos que su hora no había llegado. La hora de su muerte había sido fijada desde la eternidad. Aunque su madre y sus hermanos quisieron que hiciera algo para darse a conocer, su respuesta era que sabía esperar su hora. Parece acertada la exhortación del verso 7, “guarda silencio ante Jehová”. Dios honra la fe que en Él espera. –daj

 

Lectura Diaria:
Números 35:9-36:13 [leer]
/Proverbios 31 [leer]
/Lucas 5:17-39 [leer]