Cuando problemas existen entre dos individuos, a veces la intervención de terceros ayuda. Lea de como Pablo sugirió a dos mujeres que tomen en cuenta a Epafrodito.
Imagínate acompañando al apóstol Pablo, encarcelado en la ciudad de Roma. Hay magníficos edificios que llaman la atención por su opulencia y soberbia arquitectura. Pero nada de estas maravillosas construcciones pueden verse desde una cárcel. Pablo espera que los magistrados resuelvan su caso. Su problema no es político sino religioso y nada de eso les importa a las autoridades. Las visitas a la celda no son muchas. Hay fieles como Lucas y Timoteo que se ven pero una visita desde la distante ciudad de Filipos le toma por sorpresa. Ha viajado más de 300 kms. desafiando peligros en el camino. Epafrodito hace entrega de un donativo de dinero de parte de los miembros de la iglesia en Filipos.

Seguramente Pablo y Epafrodito intercambiaron varias noticias durante los primeros días juntos. Sin embargo, no todas las noticias son buenas. Hubo un problema entre dos mujeres en la congregación. Por estar encerrado en la cárcel, ¿qué puede hacer el apóstol para que no siga? ¡No es correcto que haya desavenencias entre hermanas en la fe! De todos modos, Pablo no lo va a desatender y Epafrodito prepara su viaje de regreso. Ha de llevar una carta de agradecimiento por el donativo. Incluida en la carta habrá enseñanza saludable para los feligreses. Pero Epafrodito se enferma gravemente y si no fuera por la misericordia de Dios, se habría muerto.

Cuando Epafrodito está recuperado, Pablo termina de redactar la carta y apenas comienza el segundo capítulo cuando pide que “nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo” Filipenses 2:3. Parece que la soberbia había cobrado víctimas otra vez. Sin embargo, con humildad existe la posibilidad de que se solucione. Usó cuatro ejemplos para que sean tomados en cuenta. El ejemplo por excelencia es el Señor Jesús. “Haya, pues, en vosotros este sentir (de humildad) que hubo también en Cristo Jesús” v.5. Pablo menciona su propia disposición de entregarse como sacrificio por ellos. También menciona a Timoteo cuyo buen ánimo le llevaba a interesarse sinceramente por ellos, v.19. Explicó que los que se desavienen el uno con el otro “buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” v.21. El cuarto ejemplo era Epafrodito mismo y Pablo pide que les reciban “en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él” v.29. Adoptar una actitud benigna para con Epafrodito resultaría en responder a los intentos que él haría según la petición directa hecha a las dos mujeres, (Filipenses 4:2) y a Epafrodito mismo (v.3). La vuelta de Epafrodito a Filipos seguramente tuvo un buen desenlace restableciendo la comunión entre las dos mujeres. ¿Hay alguien con problemas causados por la soberbia o la falta de humildad? Los cuatro ejemplos mencionados para los Filipenses en el capítulo 2 le pueden ayudar para que Dios sea glorificado al resolver su problema hoy en día. Pensar en lo que es del Señor Jesús es la clave. –daj

Lectura Diaria:
2 Cronicas 10-11 [leer]
/Ezequiel 34 [leer]
/Juan 13:1-30 [leer]