Más que aceptar que Jesús fue un buen hombre, es necesario reconocer en El al Hijo de Dios.

“Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” Juan 8:24

 

Los que gozan de buena salud son capaces de manejar las facultades que su cuerpo posee. Las manos, los pies, la cara, las piernas, y otros miembros son manejables y obedecen nuestra voluntad. Al observar los fenómenos de la naturaleza, es lógica concluir que el viento, la marea, el sol, la luna, etc. son manejados por Alguien. El Ser que maneja los fenómenos de la naturaleza posee poderes sobrenaturales y ejerce su voluntad permitiendo que el sol brille un día, y al día siguiente, que llueva. Un día hay mucho viento, y otro día todo está en calma. Reconocemos por experiencia que estas condiciones son necesarias para mantener el equilibrio entre la escasez y la sobreabundancia en el mundo. Pero Alguien está manejando el asunto. No ocurre porque sí.

Si consideramos la naturaleza en su forma multifacética, y las diferencias existentes en ella, además de su belleza somos obligados a reconocer que quien ejerce su control tiene gran capacidad. Por ejemplo, reconocemos que el sol siempre sale, la luna llena hace su aparición cada 28 días, y las estrellas tienen sus lugares. Si algún día este Ser llegara a darse a conocer, por cierto le agradeceríamos por todo lo que ha hecho por nosotros. A través de los siglos, millones de seres saben que el Creador y Sustentador de todo es el Trino Dios. ¡Y Él se ha dado a conocer! Se dio a conocer de muchas maneras en antaño, pero fue en Belén cuando nació la criatura concebida milagrosamente en el vientre de la doncella María llamada Jesús. El Hijo de Dios tomó forma humana, y después de vivir hasta los 30 años de edad en el pueblo de Nazaret, Jesús comenzó a revelar que Él era el mismísimo Dios del Universo. Después de bautizar a Jesús, Juan Bautista declaró: “Yo le vi., y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” Juan 1:34.

Al ver los milagros que hacía y al escuchar las sabias enseñanzas que daba, los sinceros reconocían que en verdad Jesucristo era el “Emanuel”, nombre que significa, “Dios con nosotros”. ¿Es necesario creer que Jesús fue Dios manifestado en carne humana? ¿Es necesario creer que es el Hijo de Dios? Dejemos que Él mismo conteste: “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” Juan 8:23-24. La salvación en Cristo solo viene a los que creen en Cristo como el Hijo de Dios.

 

-daj

 

Lectura Diaria:
2 Reyes 10 [leer]
/Jeremias 45-47 [leer]
/Hebreos 12:1-17 [leer]