Los padres de los recién nacidos se esfuerzan para que de la infancia pasen a la niñez con un crecimiento sostenido. Naturalmente se preocupan cuando no sea así. También hay preocupación cuando los cristianos no crecen en su fe. Lea como podemos progresar.
“Dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección.” Hebreos 6:1.

Cuando el escritor de la carta a los Hebreos introdujo el tema de Cristo como sumo sacerdote según el orden de Melquisedec, reconoció que el tema era difícil de explicar. Había otro problema también pues los destinatarios se habían hecho “tardos para oír” Hebreos 5:11. Se habían convertido años atrás y debían ser “ya maestros, después de tanto tiempo” pero algo impedía su desarrollo. El autor de la carta lamentaba la necesidad de volver “a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido” v.12. ¿Acaso lo mismo podría decirse en cuanto a nosotros? En vez de ser conocedores de la verdades bíblicas, ¿cuántos apenas pueden ubicar Juan 3:16 en sus Biblias? Es grato ver en un niño signos de madurez, y su comportamiento da la impresión que tiene más años que en realidad posee. Pero es triste cuando se ve a un adulto inmaduro que actúa como niño chico. Hebreos 5 presenta a los tales como un bebé que todavía toma leche y “es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño” v.13.

La madurez espiritual es esencial en la vida del cristiano a fin de enfrentar las fuerzas que militan en su contra. Los maduros saben responder a los ataques, basándose en su conocimiento de la voluntad de Dios a través de su palabra. “El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” v.14.

¿Qué es lo que recomienda el escritor de la carta para alcanzar la madurez espiritual? Recomienda que los destinatarios aprendan las nuevas verdades introducidas por Cristo. No es necesario quedarse anclado en las prácticas bajo la ley, y las lecciones fáciles de entender acerca de Cristo el Mesías prometido. Estos son los rudimentos o principios básicos para conocer a Cristo. Dios desea que apreciemos el significado profundo de su amor exhibido en el Señor Jesús cuando murió en la cruz. Es apreciarle a Él en toda su belleza y a través de su muerte, sepultura y resurrección, el creyente está en condiciones de vivir una vida de santidad dedicada al Cristo glorificado. Como dijera Pablo, “lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” Gálatas 6:14. Y como dice el texto de cabecera, “Dejando ya los rudimentos… vamos adelante a la perfección.” Hebreos 6:1. –daj

Lectura Diaria:
2 Reyes 23 [leer]
/Lamentaciones 3 [leer]
/1 Timoteo 6 [leer]