Las pruebas que ocurren en nuestra vida son permitidas por Dios. De una situación difícil se puede aprender lecciones valiosas que contribuirán a una vida provechosa.

 

 

“… la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” Romanos 5:3-5.

 

La vida de uno no tiene las mismas circunstancias que tiene la de otro. Hay experiencias en la vida del cristiano que pueden producir un efecto saludable. Dios permite que estas situaciones ocurran en la experiencia de sus hijos para enseñarles lecciones provechosas. Pablo el apóstol escribió acerca de las tribulaciones en su carta a los Romanos diciendo que “la tribulación produce paciencia: y la paciencia, prueba (o carácter); y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza (o defrauda); porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” Romanos 5:3-5. Por medio de lo que Dios hace en nosotros con permitir tribulación, lo que Él busca es que tengamos paciencia. Cuando aceptamos humildemente las tribulaciones que permite, se logra su objetivo.

 

Al sobrellevar pacientemente la prueba, esto produce carácter. La reputación de alguien es lo que otros piensan de él; el carácter es lo que se es. El carácter que Dios quiere producir en nosotros nos lleva a cifrar nuestra esperanza en Él para que Él sea glorificado. El amor derramado en el corazón por el Espíritu Santo nos condiciona para apreciar lo que Dios está haciendo. En un día futuro, Dios reconocerá aquello que en nosotros fuera conforme al carácter de Él. En otras palabras, Dios quiere que seamos semejantes a Él.

 

Cuando uno está dispuesto a que Dios obre en su vida, va a querer servirle por amor para que la honra y la gloria sean para Él. En nosotros habrá satisfacción por saber que Dios está realizando su voluntad en nuestra vida. Todos somos afectados o influenciados por lo que vemos en otros. Por tanto, hay que recordar que los que nos rodean serán influenciados para imitar el ejemplo que estamos dando. Desafortunadamente, aprendemos más rápido hacer la maldad en vez de practicar la bondad. Ojalá hubiera más conformidad al carácter divino “mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador” Tito 2:10. –daj

 

Lectura Diaria:
Éxodo 19:1-25 [leer]
/Salmos 58:1-59:17 [leer]
/Hechos 10:24-48 [leer]