Estar con Jesús tiene que haber sido la experiencia más rica para los discípulos suyos. Aunque hoy día no es posible estar con Él como ellos lo experimentaron, espiritualmente podemos escuchar su voz a través de las Escrituras y estar en contacto por medio de la oración.

Viendo el denuedo de Pedro y de Juan,… se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.” Hechos 4:13.

Cuando Jesús fue bautizado y comenzó su ministerio público, nunca pensó en establecerse como un predicador independiente sin incluir a otros en su misión. El primer día cuando Juan Bautista le señaló como El Cordero de Dios, dos discípulos de Juan llamados Juan y Andrés le siguieron. Sintiendo sus pasos tras sí, Jesús  se volvió para preguntar qué es lo que buscaban. “¿Dónde moras?” fue la respuesta de ellos, vea Juan 1:38. Jesús les podría haber dicho, “¿Qué os importa?” si hubiera estado buscando la soledad. Pero con ternura les invitó, “Venid y ved” v.39. ¡Qué linda habría sido la experiencia! Fueron invitados por Jesús a acompañarle. No fue solamente para dar un vistazo a su morada, sino se quedaron con Él aquella noche. Me habría encantado saber los temas tratados. Por lo menos, sabemos que fueron convencidos de su identidad como el Mesías. Tan pronto que salieron, informaron a otros de su descubrimiento. Andrés por ejemplo buscó a su hermano Pedro para decirle que habían encontrado al Mesías.

El Señor nos invita a estar con Él para conocerle y luego informar e interesar a otros. No solamente se revela como el Mesías, sino también como Él que consuela. Cuando una persona ha recibido consuelo de su Señor, habla de ello a otros. Cuando alguien es guiado en el camino de justicia por le enseñanza de Jesús, se la recomienda a otros para recibir la misma orientación. Hay muchos creyentes que han pasado tiempo con el Señor y salen beneficiados espiritualmente. Llegan a estar en mejores condiciones que antes. Así pueden servir al Señor Jesús como portavoces de sus virtudes.

Antes de llamar a los doce discípulos a su misión especial, Jesús pasó la noche orando en un monte. Al bajar, “llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él” Marcos 3:13. No fue solamente para que le hicieran compañía, sino “estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar” v.14. Físicamente es imposible estar con el Señor hoy pues está en el cielo. Pero a través de los evangelios podemos “acompañarle” y apreciarle en toda su belleza moral. Podemos aprender de Él y así nos pone en condiciones de servirle para que anunciemos las inescrutables riquezas de nuestro Salvador y Señor. Anote en un papel una cosa que usted aprendió de Jesús cuando leyó la Biblia hoy día. Luego, si tiene la oportunidad de compartirla con otros, hágalo. No solamente será beneficiado usted sino también otros cobrarán ánimo para seguir a Jesús al saber de Él.  –DAJ

Lectura Diaria:
Deuteronomio 12 [leer]
/Cantares 2:8-3:5 [leer]
/Lucas 9:37-62 [leer]