Es triste cuando se oye de divisiones entre el pueblo de Dios. Es una vergüenza, Los cristianos son advertidos para no caer en la trampa. Lea de lo que fue dicho a los romanos para evitar el peligro.
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.” Romanos 16:17.

En su carta a los romanos Pablo trató muchos temas interesantes, especialmente los que tienen que ver con la salvación del alma. Grandes temas del evangelio como la justificación, la redención, la santificación, y la intercesión del Señor Jesús y del Espíritu Santo están entre las doctrinas incluidas. Al finalizar su carta, ruega a los hermanos para estar en alerta en cuanto a las personas en una congregación que podrían causar divisiones. En vez de apreciar la armonía y la paz que Cristo quiere ver prevalecer entre sus discípulos, hay personas que causan tropiezos. Desafortunadamente el peligro existe en el tiempo presente y cada cristiano debe comprometerse a perseguir el camino de paz; “apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala” 1 Pedro 3:11.

En los tiempos de los romanos, ¿cuáles podrían haber sido una posible causa de división? Una posible causa de división sería las diferencias entre judíos y gentiles en cuanto a la ley de Moisés. “Algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos” Hechos 15:1. La doctrina de la salvación solamente requiere que se ejercite fe en Cristo Jesús, el resucitado y nada más. La salvación es fe en Cristo más nada. Algunos introducían ideas incorrectas que causaron división.

Los que forman partidos alrededor de un personaje en una iglesia también causan división. Pablo estaba consciente de esto en Corinto y rechazó la idea, “porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” 1 Corintios 3:4-6. Debemos fijar nuestra vista en Cristo y no en los hombres. Los otros en la congregación debe fijarse en los divisionistas y apartarse de ellos. Pablo buscó la unidad y pudo decir, “hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros” Filipenses 3:17. Al advertir a los romanos sobre la posibilidad, Pablo a vez reconoció que ellos habían evitado el peligro “porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros” Romanos 16:19. Por supuesto Pablo estuvo contento por eso. La obediencia de ellos evidenciaba que no eran ingenuos. Habían entendido. Ojalá que se pudiera decir lo mismo de nosotros. Dijo Pablo. “quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal” v.19. –DAJ

Lectura Diaria:
2 Reyes 25 [leer]
/Ezequiel 1 [leer]
/2 Timoteo 2 [leer]