Tengo guardadas algunas cartas de mi padre en las cuales me daba buenos consejos. Hace 20 años que él está con el Señor pero aprecio su inteligencia espiritual y las recomendaciones que me hizo en sus cartas. Timoteo seguramente pensaba lo mismo en cuanto a Pablo, su padre en la fe, cuando recibió carta de él.

 

Pablo a Timoteo: “Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” 2 Timoteo 4:5.

 

Faltaba poco para que Pablo terminara su última carta. Ya ha anunciado que su martirio está cerca y se apresura para aconsejar a su hijo en la fe Timoteo tal como se lee en el texto de cabecera. ¿De qué se trata la obra de evangelista? Un evangelista predica el evangelio. No es un pasatiempo, sino es una obra. Requiere diligencia, cuidado, espíritu emprendedor. Requiere el amor de Dios puesto en acción, pues cuando Jesús encomendaba a Pedro la tarea de apacentar y pastorear a las ovejas le preguntó primero, “¿me amas?” La obra de evangelista no es fácil pues la mayoría de las personas hoy no tiene interés en escuchar el evangelio. Miles tienen más interés en el pronóstico del tiempo para mañana o como fue el resultado del partido jugado anoche, en vez de interesarse en el contenido del evangelio.

 

Timoteo había de pensar con cordura sobre su rol en la labor de evangelizar. De antemano sabía que tenía que soportar aflicciones probablemente causadas por las mismas personas a quienes trataba de predicar el evangelio. Hay personas muy corteses para explicar porque no quieren comprar un artículo, pero las mismas se tornan tercas y ofensivas si les presenta una sencilla frase como, “¿sabe que Dios te ama?” Gracias a Dios por los miles de hermanos en la fe que cumplen con el mandato del Señor de ir “y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Mateo 28:19. Así hacen obra de evangelista.

 

El hermano Adrian Grieve visitó una asamblea en Dompla, Camerún. Iba una vez al mes para dar enseñanza. El encontró un espíritu evangelizador excepcional entre 18 creyentes en la comunión de los hermanos. Todos eran pobres, y con poca educación. Pero querían ver a otros salvados por la gracia de Dios. Además de evangelizar en su propio pueblo, estos hermanos sembraban la Buena Semilla en cinco aldeas ubicadas en un camino de 70 kms de largo que conducía al pueblo más cercano. En el año 2008  compraron una motocicleta y dos hermanos entre cuatro se turnaban en visitar las aldeas llevando el evangelio a sus habitantes. Realmente hacen la obra de evangelista. Añadieron dos aldeas más a pesar de los caminos tildados de “atroces” por su condición. Están esperanzados en ver nuevas asambleas cristianas establecidas. ¡Qué ejemplo de dedicación al Señor! En verdad estos africanos hacen obra de evangelista. Cabe la pregunta, ¿y nosotros? Si testificáramos a una sola persona por día, en un año ¿a cuántos alcanzaríamos? Pablo terminó su carta con una bendición, “el Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén” 2 Timoteo 4:22. –daj

 

Lectura Diaria:
1 Cronicas 17-18 [leer]
/Ezequiel 17 [leer]
/Juan 6:22-44 [leer]