Jesús habló siete veces estando en la cruz. Tuvo que impacto sobre los a oidores. Lea acerca del centurión y su reacción.
“El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios”. Mateo 27:54

Cuando nuestro Señor Jesucristo fue crucificado, habló siete veces en voz alta. Todos pudieron oírle. Por ejemplo, al final de las tres horas de tinieblas, “Jesús CLAMÓ A GRAN VOZ, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Marcos 15:34. Sabemos que algunos no supieron interpretar sus palabras y pensaban que llamaba a Elías. Cuando llegó el momento para que Jesús cumpliera su profecía de entregar su vida, “entonces Jesús, CLAMANDO A GRAN VOZ, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró” Lucas 23:46. Seguramente nunca había habido una crucifixión cuando el ajusticiado emitiera tantas declaraciones conceptuosas.

La muerte de Jesús fue voluntaria. La había anunciado meses antes delante de unos judíos. No iba a morir como mártir, sino como Él mismo dijo: “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” Juan 10:19. Normalmente los seres humanos mueren cuando su cuerpo ya no puede más y sucumben ante la inexorable ley de la naturaleza. Pero Jesús dijo que iba a entregar su vida y luego volverla a tomar. El efecto producido ante este anuncio fue “disensión entre los judíos por estas palabras” v.20. Cuando Jesús colgaba de la cruz, habiendo terminado la obra que vino a realizar, encomendó su espíritu al Padre. No expiró por debilidad ni porque el corazón ya no pudiera más. Jesús había puesto su vida y a los tres días cumpliría la segunda parte de su profecía y tomarle de nuevo.

Dios hizo que tres evangelistas citaran las palabras extraordinarias del centurión encargado de guardar a Jesús. El estaba frente a Jesús, suficientemente cerca para ver “que después de clamar había expirado así” Marcos 15:39. Fue luego del terremoto que marcó la muerte de Jesús que el hombre dijo: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios” Mateo 27:54 Marcos 15:39. En medio de la multitud incrédula y hostil al Salvador, suena la voz de una autoridad romana reconociendo la verdadera identidad del llamado “Jesús de Nazaret, rey de los judíos”. Es el Hijo de Dios. Miles han proclamado palabras similares desde entonces. De esta manera dan gloria a Dios. ¿Ha reconocido Ud. a Jesús como el Hijo de Dios? “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” Juan 3:18. –daj

Lectura Diaria:
Deuteronomio 4 [leer]
/Eclesiastés 5-6 [leer]
/Lucas 7:30-50 [leer]