¡Qué maravilloso ser enseñados por el mismo Señor Jesucristo! Unos discípulos experimentaron esto intensamente durante una caminata.

“Les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras.” Lucas 24:45

 

En el mismo día en que Jesús resucitó, Él se presentó vivo ante sus “espantados y atemorizados” discípulos. A pesar de los cuatro testimonios a que Él había salido de la tumba, “pensaban que veían espíritu” Lucas 24:37. Las mujeres volvieron de la tumba con la noticia que Jesús había resucitado. Pedro y Juan la confirmaron cuando entraron en la tumba y volvieron. María Magdalena había conversado con Jesús y recién la pareja de Emaús se volvió de su casa diciendo que tuvieron a Jesús en la mesa con ellos. ¡Pero los discípulos no se convencieron! Jesús mismo les preguntó: “¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?” v.38. Jesús les presentó evidencia incontrovertible, “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies” vv.39-40.

 

Habiendo dado clara evidencia que realmente había resucitado, Jesús comenzó a enseñarles de diferentes partes del Antiguo Testamento acerca de si mismo. Dijo que “era necesario que se cumpliese todo lo que está ESCRITO DE MÍ, 1) en la ley de Moisés, 2) en los profetas y 3) en los salmos” v.44. ¿Puede Ud. imaginar cuán rica enseñanza habrían recibido de Jesús? Les enseñó pero hizo algo mas: “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” v.45. No quiso que solamente fueran informados sino también instruidos porque ellos habían de salir a predicar “en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y VOSOTROS SOIS TESTIGOS DE ESTAS COSAS” vv.47-48.

 

Hoy día, todo discípulo del Señor Jesús debe tener la misma experiencia, es decir, ser enseñado para entender la verdad y luego comunicarla con efectividad a los que no conocen a Jesucristo. La realidad del Cristo resucitado en nuestra vida junto con la obra del Espíritu Santo de revelar a Cristo a nuestro corazón es imprescindible para ser testigos al poder salvador de nuestro amante Señor y Salvador Jesucristo. Aproveche toda oportunidad para crecer en la gracia y en el conocimiento del Señor Jesucristo.

 

–daj