Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos?” Génesis 44:16.

 

La copa de plata ha sido encontrada en el saco de Benjamín y “los hermanos rasgaron sus vestidos,… y volvieron a la ciudad” Génesis 44:13. José está todavía en casa, esperando su llegada. Cuando los hermanos están frente a José, hacen lo que él había previsto en sus sueños años antes; “se postraron delante de él en tierra” v.14. Los hermanos están desesperados y no hallan qué hacer porque su padre les había encargado rigurosamente que trajeran a Benjamín sano y salvo. Era el más querido por su padre, en ausencia de José. Si Benjamín tiene que pagar por haber tenido la copa de plata, temen como Jacob había dicho: “haréis descender mis canas con dolor al Seol” Génesis 42:36.

 

La estrategia de la copa tuvo por objeto causar un estado de perplejidad en los hermanos a fin de que ellos pudieran reflexionar sobre su pasado y reconocieran su maldad. Solamente cuando sienten el agudo picazón de la conciencia, y reconocen su pecado, será apreciada la misericordia y la grandeza de José en toda su plenitud. José quería tener a sus queridos hermanos a su lado. No le importaban ni el dinero, ni la copa. Quería que le reconocieran como bueno, misericordioso, perdonador, y que fuesen reconciliados con él. En este momento, los hermanos piensan en los dolores que causarían a su padre al saber que le habían mentido años antes y ahora uno de ellos es acusado de robar al “señor de la tierra.”

 

Es fácil identificarnos con el sentimiento de Judá: “¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos?” Génesis 44:16. Es saludable para cualquier persona pensar lo mismo en cuanto a su propia vida. ¿Qué haríamos nosotros si Dios revisara las cosas que cada uno tiene escondidas? ¿Qué castigo se merece por estar en esas condiciones? No necesitamos ningún poder especial pues Dios ya las sabe todas, y solamente desea que nos franqueemos con Él para comprobar que por misericordia está dispuesto a perdonarnos a fin de recibir la gracia salvadora por medio de Jesucristo. José esperaba el momento preciso para revelarse. Dios espera hacer lo mismo con todo pecador. Espera que reconozca su pecado para ser perdonado. (Continuará)  –daj

 

Lectura Diaria:
Éxodo 18:1-27 [leer]
/Salmos 56:1-57:11 [leer]
/Hechos 10:1-23 [leer]