Josué es un ejemplo espectacular en el Antiguo Testamento. Lea del tremendo cambio que ocurrió en la vida de él cuando Moisés murió.
“Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:2.

La muerte de alguien siempre trae ajustes. En algunos casos, son ajustes que solamente afectan el círculo familiar. En otros casos, afectan una nación entera. Así fue cuando Moisés fue llevado arriba al Monte Nebo para vislumbrar la tierra prometida y luego morir y ser sepultado. Dios se encargó del sepelio y la nación de Israel fue informada a través de Josué quien recibió la comunicación de parte de Jehová. El texto de cabecera fue el anuncio oficial y al mismo tiempo la llamada inicial a Josué para asumir la responsabilidad de guiar al pueblo al otro lado del Jordán. La muerte de Moisés trajo un gran ajuste para el pueblo de Israel.

Durante cuarenta años la nación dependía de Moisés para comunicarles la voluntad de Jehová desde su salida de Egipto hasta llegar al lado oriental del río Jordán. Josué había recibido un entrenamiento especial durante los casi cuarenta años y está bien preparado para asumir la nueva responsabilidad que le toca. En los tiempos presentes Dios actúa en las iglesias locales por medio de sobreveedores. Ellos vigilan la grey para que sea alimentada, guiada y protegida. Es siempre saludable cuando en las iglesias haya hermanos jóvenes que están aprendiendo de los más experimentados. La exhortación para ellos es: “acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe” Hebreos 13:7. Así Josué lo hizo con Moisés.

El río Jordán representaba un obstáculo pues no hubo puentes sobre él como hoy día. La instrucción de Dios para Josué fue clara: “pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel” Para que Josué respondiera a la exhortación de Jehová, necesitaba fe y obediencia. Dios le animó con una promesa: “Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” Josué 1:3, 5. ¡Qué palabras más reconfortantes para Josué – “COMO ESTUVE CON MOISÉS, ESTARÉ CONTIGO”! En una oportunidad Josué habría escuchado a Moisés decir a Jehová, “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” Éxodo 33:15. ¿Piensa Josué algo similar ahora? No sabemos si lo hubiera pensado o no, pero Dios le entregó instrucciones adicionales a Josué. Finalizó su comunicación diciendo: “mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué 1:9. A renglón seguido se nota la respuesta al nuevo desafío, “y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo…” v.10. Cada uno ha experimentado cambios en su vida requiriendo ajustes al status quo. Nos acordamos de Josué, consideramos cuál haya sido el resultado de su conducta, y nos da ganas de imitar su fe. –daj

Lectura Diaria:
1 Cronicas 29 [leer]
/Ezequiel 26 [leer]
/Juan 9:18-41 [leer]