“No olvides ninguno de sus beneficios” Salmo 103:2

Es provechoso reconocer la marca de la mano de Dios en las vidas de los santos de la antigüedad y observar su bondad en librarlos, cómo les mostró misericordia cuando les perdonó, su fidelidad al guardar su pacto con ellos. Pero más provecho aun sería el reconocer esta mano de Dios en nuestras vidas. ¿No debiéramos mirar nuestra propia historia y reconocer que de la misma manera que con los santos de la antigüedad, esta ha estado llena de Dios, de su bondad, de su verdad, de su fidelidad? ¿Es esto así o no?

Hace unos pocos años se nos dio el consejo de lo necesario que es instituir tradiciones espirituales en la familia, y entre ellas una consistente en que, en la noche de año nuevo, cada uno los que están reunidos –aun los niños– anota en un papel tres circunstancias o eventos en que pudo ver o reconocer la mano de Dios en el año que está por terminar. Se comentan brevemente y agradece al Señor por ello. A veces son cosas por todos conocidas pero otras veces no. Luego estos simple papeles se guardan en un sobre con el número del año afuera para testimonio para el futuro, como recordación y punto de retorno. Es una buena idea para hacer propia.

Si el lector es salvado esto debiera ser un ejercicio diario, un acto de honestidad para con el Salvador. “Yo siempre estoy contento”, me dijo una vez un creyente. “Siempre estoy contento por la salvación” “Eso se sobrepone a todos mis problemas que cada día enfrento”, decía con razón este hermano. El creyente debe guardar memoria de “los beneficios” impartidos a diario por su Dios, y tener siempre la actitud de gratitud y alabanza por eso.

Si el lector no es salvado debe reconocer de inmediato que la vida que posee y disfruta, aun en enfermedad, le es dada como a todos los seres humanos “para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:27). Dice la Biblia que Dios en estos tiempos nos ha hablado por el Hijo, Jesucristo (Hebreos 1:2), y que debemos creer en él, recibiéndole como el salvador. Amigo lector, no olvides ninguno de los beneficios y cuidados de Dios. Reconócelo y dale gracias. rc

 

Lectura Diaria:
Rut 2 [leer]
/Isaías 42 [leer]
/2 Corintios 2 [leer]