En un mundo convulsionado, la condición más escasa es la verdadera paz. Solamente por medio de Príncipe de Paz puede ser conocida. Vivir en paz en una bienaventuranza.
“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.” Salmo 128:1.

Muchos hablan del tema de la paz que por cierto trae bienaventuranza. Millones la desean. Pero la verdadera paz es escasa y conocida en limitadas oportunidades. El Salmo 128 tiene apenas seis versículos y dentro de ellos está el secreto de experimentar la paz. “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos” v.1. Cuando en el corazón, hay temor para no ofender a Jehová y en el comportamiento se ve un estilo de vida que concuerda con su voluntad, hay bienaventuranza. El salmo indica que hay otra fuente de bienestar y es en trabajar para recibir el fruto de sus labores. “Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien” v.2. Es honorable trabajar pues es una forma saludable en que vivir.

El Salmo 128 visualiza un hogar donde la bienaventuranza se debe a la situación en que viven la esposa y los hijos. “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa” v.3. La mujer como vid al lado de la casa no está lejos en el campo, sino cerca a la familia. La vid es la que suple lo necesario para que los racimos crezcan and lleven fruto. Con la mujer disponible en el seno familiar y con los hijos como el olivo bien arraigado, hay bienaventuranza. El olivo con su follaje que da sombra, más el fruto que produce crea un ambiente halagüeño y placentero. ¡Qué grata promesa es dada a la persona que toma a Dios en cuenta, “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová” v.4.

Los principios aplicados a la familia pueden ser aplicados también a la nación. La nación que honra a Jehová puede ser una fuente de bendición para todo el mundo. “Bendígate Jehová desde Sion, Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida” v.5. En un día futuro, Jerusalén será la capital desde la cual se entregará la pauta que deben seguir los habitantes del mundo. No será algo pasajero, sino que todos los días su influencia será extendida para incluir a todos. “Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel” v.6. Por ejemplo, los padres que obedecen a Dios y disfrutan de su amor dejan un legado que afectará a los nietos. La paz es la bendición principal que Dios nos quiere dar. El saludo de Jesús fue de paz cuando resucitado, se encontró por primera vez con los suyos en el aposento alto. “Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: PAZ A VOSOTROS” Juan 20:19. Conocer esta paz es la fuente de la bienaventuranza. –daj

Lectura Diaria:
Exodo 22:1-23:9 [leer]
/Salmos 64:1-65:13 [leer]
/Hechos 12:1-25 [leer]