Charles Spurgeon (1834-1892) fue un pastor Bautista en Londres por gran parte de los finales del siglo diecinueve. Su nombre es uno de los más reconocidos en la historia del Cristianismo, pero él es mejor conocido hoy como el Príncipe de los Predicadores.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13

En sus escritos, a menudo se refería a la adoración familiar; la cual también llamó «oración familiar». «La tengo en tan alta estima» dijo él «que ningún idioma puede expresar adecuadamente el valor que le tengo».

Algunos podrán pensar que CH Spurgeon vivió en una era más sencilla que le permitía más tiempo para la práctica de la adoración familiar que los cristianos de hoy tendríamos. Sin embargo, tanto su autobiografía como la observación de muchos testigos de primera mano, nos dice que Spurgeon…

Pastoreó la iglesia evangélica más grande del mundo de su tiempo (con más de seis mil miembros activos); predicó casi a diario; editaba sus sermones para publicaciones semanales, y por lo tanto produjo la colección de obras más larga por un único autor en inglés (sesenta y cuatro tomos del Púlpito del Tabernáculo Metropolitano); escribió ciento veinticuatro libros (un libro cada cuatro meses); presidió sobre sesenta y seis ministerios diferentes, editó una revista de edificación cristiana semanal; regularmente leía cinco libros a la semana; escribió quinientas cartas por semana con una pluma de tintero.

¿Y creo que yo estoy ocupado? Dios le dio a CH Spurgeon una capacidad extraordinaria para el trabajo y la productividad. Y aún, a pesar de sus incansables y devastadoras demandas en su agenda, a las 6:00 todas las noches, haciendo a un lado una lista de quehaceres que pocos podrían igualar, se reunía con su esposa y sus hijos gemelos, y otros presentes en su casa, a la hora de la adoración familiar.

–Don Whitney/ adaptado

(Continúa)

Lectura Diaria:
2 Samuel 14 [leer]
/Sofonías 2 [leer]
/Gálatas 2 [leer]