“La iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” Hechos 20:28

Prosiguiendo con la descripción de los distintivos entre la iglesia universal y la iglesia local, tenemos en cuarto lugar que la membresía a la iglesia universal –o incorporación al cuerpo de Cristo– es inmediata al momento de la conversión junto con la recepción del Espíritu Santo, e incluye a todo santo de la dispensación de la gracia. Estos son los que en la Biblia se les llama escogidos, adoptados por medio de Jesucristo, redimidos por su sangre, y perdonados (Efesios 1:3-10). ¿Qué mérito tienen? –ninguno. Han recibido al Señor Jesucristo como salvador y por ello son hijos de Dios (Juan 1:12).

Nunca un salvado será exonerado de la iglesia universal o dejará de pertenecer a ella pues el pastor conoce “sus ovejas” (Juan 10:27), les ha dado vida eterna (Juan 10:28), y esta vida no depende de lo que la oveja haga o no haga. Vida eterna es eterna, no susceptible de suspenderse o cancelarse, pues si así fuera Jesús no le habría llamado eterna. En el mismo pasaje, en seguida Jesús asegura también que a sus ovejas “nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:29). Es interesante que toda esta secuencia de afirmaciones respecto de la seguridad eterna de la salvación son dadas por el Señor utilizando la figura de las ovejas, sus ovejas, de las que él es el Pastor (ver también Romanos 8:38-39).

A la iglesia local, en cambio, se es recibido o “añadido” a la comunión en un momento determinado. Este es un proceso bilateral, en tanto el creyente bautizado, entendiendo que debe congregarse en dicha asamblea solicita a los ancianos el ser recibido a la comunión de los santos. Como contraparte, la iglesia en su conjunto le recibe a él, generalmente partiendo con la participación en la Cena del Señor, que es la reunión de la asamblea. Por tanto, la membresía a la iglesia local incluye sólo a los creyentes que se reúnen en ése lugar determinado, al nombre del Señor Jesús (Mateo 18:20) y según el modelo que encontramos en los Hechos y las epístolas.

Además, con respecto a la iglesia local es posible el estar fuera de la comunión por motivos de disciplina impartida por toda la iglesia pero articulada por los ancianos –según la enseñanza apostólica– hacia algún creyente (1 Corintios 5:12-13). También la membresía está en entredicho si un creyente no se congrega por algún tiempo en su asamblea por diferentes razones que pueda tener, o por traslado de ciudad o país. De cualquier forma, a diferencia de la pertenencia a la iglesia universal, la pertenencia a una iglesia local tienen un momento de entrada y a veces de salida.

Preguntamos a todo lector: ¿Pertenece usted a la iglesia universal, al cuerpo de Cristo que él ganó por su propia sangre? No tiene importancia si pertenece a algún registro terrenal, debemos estar en el celestial. Le invitamos a recibir a Cristo confiando en su sangre derramada, para que sea salvo y pertenezca a la única iglesia que él reconoce. rc

(Continúa)

 

Lectura Diaria:
1 Reyes 13:1-32 [leer]
/Jeremías 23 [leer]
/Colosenses 1:21-2:7 [leer]