Estar consciente de tener la buena mano de Dios sobre nuestra vida es un gozo. Esdras, el sacerdote lo experimentó. Lea acerca de él.
“Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras”. Esdras 7:6.

Después de años de rebeldía, la nación de Israel fue llevada en cautiverio a Babilonia. Pasados los setenta años anunciados por Jeremías, Dios comenzó a obrar en el corazón de los reyes paganos para permitir el regreso de los judíos a su patria. En tres oportunidades, grupos de israelitas dejaron Babilonia para dirigirse a su país. Los capítulos 1 a 6 de Esdras describen las circunstancias cuando un grupo numeroso se volvió bajo el liderazgo de Zorobabel. Los capítulos 7 a 10 cuentan los detalles del regreso del grupo que acompañó a Esdras. En el libro de Nehemías, tenemos el tercer grupo, liderado por Nehemías mismo. Una frase recurrente en la parte que corresponde a Esdras se refiere a la “buena mano de Dios”. Así era reconocida que todo lo que acontecía era controlado y permitido por la buena mano de Dios.

He aquí algunos de los textos que se refieren a la “mano de Dios”. “Este Esdras subió de Babilonia… porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras” Cap.7:6 “Llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios” 7:7. “Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel” 7:28. “Y nos trajeron según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros” Esdras 8:18. “La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan” Esdras 8:22. ¿Quién no quisiera estar consciente de la mano de Dios en su vida?

El deseo de todo hijo o hija de Dios es que la “mano de Dios” esté guiando, protegiendo, y bendiciéndole en su vida. Personas que viven fortalecidas por la mano de Dios son aquellas que Dios usa para cumplir sus propósitos. Actúan por fe y siempre con una disposición de servir. En Esdras vemos un ejemplo de alguien que buscó a Dios, y quería ser usado por Él. Los primeros discípulos que llegaron a Antioquía para predicar el evangelio también supieron lo que es tener la buena mano de Dios con ellos. Dice, “la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor” Hechos 11:21. Espero que también experimentemos lo mismo en nuestro servicio para el Señor. –daj

Lectura Diaria:
2 Reyes 14:23-15:30 [leer]
/Jeremias 50:1-20 [leer]
/Tito 1-2:8 [leer]