Nos comunicamos por medio de palabras. Cuán importantes son. Dios también utiliza palabras y por eso los cristianos pueden vivir felices y seguros. Cuán precioso es lo que Pablo escribió a Timoteo  para darle seguridad. “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” 1 Timoteo 1:15.

 

Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”  Isaías 40:8.

 

Alguien ha dicho, “estoy contento porque Dios ha puesto sus pensamientos y sentimientos en su Palabra escrita”. Es verdad que los hijos de Dios dependemos de lo que Dios ha revelado en su Palabra para guiarnos, animarnos, instruirnos y corregirnos. Pablo escribió a Timoteo que “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” 2 Timoteo 3:16. Es de valor incalculable.

 

Isaías el profeta escribió a los habitantes de Jerusalén citando a Jehová, “he aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros” Isaías 49:16. Tales palabras traerían consuelo al pueblo que se consideraba abandonado, y había dicho, “Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí” Isaías 49:14. La respuesta no se hizo esperar y Dios dijo: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz?  …  Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti” Isaías 49:15. En seguida vino la referencia a tener sus nombres esculpidos en las palmas de sus manos”. Todos estamos contentos porque Dios ha consignado sus pensamientos en su Palabra.

 

Nadie duda del poder de la Palabra. He escuchado a los controladores retro contando antes de encender el cohete que llevará un vehículo al espacio.  “7, 6, 5, 3, 2, 1 Enciende,” y con una sola palabra los motores comienzan a rugir. En la torre del aeropuerto, el director de tráfico aéreo  se cuida mucho antes de decir “autorizado a despegar”, o “a aterrizar”. Si las palabras de los hombres tienen fuerza para controlar el ambiente humano, la Palabra de Dios alcanza para tener un efecto hasta la eternidad. La Palabra de Dios nos llena de gozo y de esperanza, y por medio de lo escrito Pablo animó: “Hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro” Filipenses 3:1. Dios busca nuestro bienestar y quiere aumentar nuestra confianza en Él para todas las circunstancias de la vida. La sabia y bendita instrucción de la Palabra es esencial para vivir confiados y felices en dependencia de Dios. –DAJ

 

Lectura Diaria:
Números 9:1-10:10 [leer]
/Proverbios 6:20-7:27 [leer]
/Marcos 16:1-20 [leer]