Cuatro animales pequeños que enseñan lecciones grandes. Lea de las langostas y la araña o lagartija.
“Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios: las hormigas,… los conejos,… las langostas,… la araña.” Proverbios 20:24-28.

El sabio Salomón se refirió a cuatro animalitos que demostraron gran sabiduría aplicada a sus circunstancias de vida y afán por sobrevivir. Dejan una lección que es fácil de captar para luego aplicar a nuestra condición como seres humanos. La hormiga se esfuerza cuando tiene tiempo en la época del verano para prepararse a fin de preservarse durante el invierno. Nos enseña a aprovechar la oportunidad de ser salvos ahora y estar listos para el futuro. Los conejos no gozan de gran físico para defenderse y saben buscar seguridad en un lugar fuera de sí. La lección que dejan a nosotros es cuán sabio es buscar seguridad en Cristo Jesús para no estar expuesto al peligro de la perdición eterna.

“Las langostas, que no tienen rey, Y salen todas por cuadrillas” Proverbios 30:27. Una langosta sola no representa ningún peligro. Miles de langostas juntas son capaces de dejar un campo pelado en poco tiempo. Las langostas enseñan lo efectivo de trabajar en comunidad sin ningún jefe visible. Todas hacen la parte suya y junto a lo que hacen las demás, logran “cosechar” un campo entero. El Rey nuestro está en el cielo, invisible para la gran mayoría, pero los súbditos de su reino actúan aquí en el mundo bajo su voluntad. Pablo siempre mencionaba su aprecio por sus colaboradores y compañeros de milicia en la obra del evangelio. La clave es estar en comunión el uno con el otro para obtener resultados para la gloria de Dios. Unidos los cristianos traen gozo al corazón de Dios. Pablo escribió a los Filipenses, “completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa… Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa” Filipenses 2:2,16.

“La araña que atrapas con la mano, y está en palacios de rey” Proverbios 30:28. La palabra traducida “araña” en realidad describe la lagartija y parece raro que un animalito de esta especie esté en palacios de rey. Pero ¿qué mejor lugar que un palacio? Es mejor que estar en el muro del patio de una casa. La lagartija enseña la lección de buscar nuestro hogar eterno en el cielo y no en el infierno. Jesús habló de la “casa de mi Padre” como un lugar amplio, y sobre todo, donde Él mismo iba a estar. El infierno fue creado para el diablo y sus ángeles y allí llegarán los que desprecian la oferta de vida eterna a través del Señor Jesús. Cuando el rico mencionado en Lucas 16 sufría en el infierno debido a su vana manera de vivir, no quiso que sus hermanos llegaran adonde él estaba. La lagartija escogió el mejor lugar para sí y el mejor lugar para el ser humano es el cielo. Jesucristo prometió a los suyos, “vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” Juan 14:3. ¿Cómo va a responder ante la sabiduría de estas criaturas pequeñas? –daj

Lectura Diaria:
2 Samuel 12 [leer]
/Habacuc 3 [leer]
/Romanos 16 [leer]