¿Cuál será el destino suyo? Es imprescindible contestarse esta pregunta.
“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,” Hebreos 9:27
Entre los seres humanos, el tema del destino eterno preocupa a muchos. El texto de cabecera deja en claro que no hay reencarnación. Ya que hay un juicio que sigue a la muerte, demuestra que tendremos que responder por los pecados cometidos. El evangelio asegura que por medio Cristo y su obra en la cruz, los pecados pueden ser perdonados. El ser humano nace físicamente para vivir en el mundo y puede nacer espiritualmente si quiere evitar el juicio del Gran Trono Blanco. Jesús mismo lo puso muy en claro. “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Mateo 13:13-14.
Hay dos puertas y cada una conduce a un camino específico y cada uno a un destino muy distinto el uno del otro. Cada ser humano transita o en uno o en el otro de los caminos. Las dos puertas representan el error y la verdad. Los que están en el camino ancho han preferido el error. Al final conduce a la perdición. Los que han creído la verdad, ya se encuentran en el camino angosto cuyo destino es la vida eterna. ¿En cuál de los dos caminos está Ud? Cada uno debe estar preocupado de cuál será su destino eterno. El tiempo de atender al asunto es mientras uno esté vivo aquí en la tierra. Después de muerto, será imposible cambiarlo.
La Biblia dice claramente que “cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” Romans 14:12. Un empresario exitoso de 56 años de edad murió repentinamente. En el funeral, hablaron maravillas de él y uno de sus empleados que era creyente se fijó en la ausencia total de una referencia a Cristo como Salvador. Vino a su mente lo que dijo Jesús, “¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26. Todas las ganancias en el mundo empresarial no tienen ningún valor eterno, y quien no sea salvo por Cristo está en la bancarrota. Es saludable preocuparse de nuestro destino en el más allá. Pero es imprescindible que toda consideración del tema tome en cuenta que sin Cristo, no hay un destino de gozo y satisfacción. Nadie debe dejar este mundo sin haber aceptado a Cristo como Salvador. ¿Cuál será el destino suyo?
–daj
Lectura Diaria: | ||
2 Samuel 21 [leer]
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/Jeremías 5 [leer]
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/Gálatas 6 [leer]
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