Un tema importante para toda persona debe ser la voluntad de Dios. Ya que Dios es nuestro Creador, somos responsables a hacer lo que Él quiera. El pecado en el ser humano le lleva a querer hacer su propia voluntad y no la de Dios. Hay una parte del Padre Nuestro que nos enseña cuán importante es hacer la voluntad de Dios.
“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Lucas 11:2.
¿Cómo habría sido escuchar a Jesús orar? Tiene que haber sido una maravillosa experiencia para los discípulos pues en una ocasión “estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos” Lucas 11:1. Jesús respondió inmediatamente y su respuesta es conocida hoy como el Padre Nuestro. Fue una oración modelo que Jesús entregó a sus discípulos para indicar que es lo que el Padre quiere escuchar cuando sus hijos se dirigen a Él. Jesús enseñó que desde la tierra se puede hablar al Padre que está en los cielos. Las tres primeras peticiones tienen que ver con el santo nombre de Dios, la esfera de su autoridad, y el cumplimiento de su voluntad entre los hombres. “A. Santificado sea tu nombre. B. Venga tu reino. C. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” v.2. La voluntad de Dios siempre se hace en el cielo y el orante debe querer que sea igual aquí en la tierra. La condición actual del mundo dista lejos de esta condición ideal.
Hubo uno solo que ha hecho cabalmente la voluntad de Dios aquí en la tierra. “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” Juan 4:34. “No busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre” Juan 5:30. “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” Juan 6:38.
La salvación que gozamos es el resultado de Jesús cumpliendo la voluntad del Padre. Dijo Él, “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad;… En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” Hebreos 10:9-10. La obediencia perfecta del Señor Jesús a la voluntad del Padre se ve en todo su esplendor en el huerto de Getsemaní cuando Jesús oró: “Padre,… no se haga mi voluntad, sino la tuya” Lucas 22:42. La voluntad del Padre en verdad se hizo en la tierra cuando Jesús fue a la cruz para proveernos de la salvación que por la fe se obtiene. Gracias a Dios por ella. –daj
Lectura Diaria: | ||
Esdras 3-4 [leer]
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/Daniel 5 [leer]
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/Apocalipsis 1 [leer]
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