En la serie de siete cartas enviadas a siete iglesias ubicadas en Asia Menor, la carta a la iglesia en Laodicea es la séptima. Es interesante como el Señor la trató pues su “temperatura espiritual” era tibia.

 

Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!” Apocalipsis 3:14-15.

 

Cada iglesia de las siete mencionadas en Apocalipsis 2 y 3 era conocida por el Señor y sus palabras a ellas demuestra que sabía perfectamente bien la condición espiritual de cada una. Solamente una se escapó de una reprensión, la de Filadelfia. Pero las demás no estaban en una condición óptima. Para la iglesia local en Laodicea, el Señor usó lenguaje que sugiere que su nivel espiritual había declinado. Apenas merecía ser tomada en cuenta como una iglesia local y dijo “por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” v.16. Algo vomitado es algo botado porque no sirve. Con esta advertencia, el Señor quiso que los creyentes reaccionaran frente a la condición en que se encontraban. El mensaje a Laodicea parece hecho a la medida para algunas iglesias en el mundo hoy.

 

Los miembros de la iglesia en Laodicea estaban orgullosos. Habían adoptado la actitud de ser ricos y por tanto dijeron “de ninguna cosa tengo necesidad” v.17. Así se veían a sí mismos pero el Señor los veía de otra manera. Dijo: “no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. Es como la situación que existe hoy en algunas iglesias. Con la riqueza adquirida, los avances experimentados en el diario vivir, mas el amplio conocimiento tecnológico, todo se ha confabulado para enceguecer a los creyentes para no darse cuenta de su verdadero estado espiritual. La lista es fea, “desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. Así ve Dios a muchas iglesias hoy.

 

Una taza de té caliente, o un vaso de agua fría, dejados sobre la mesa por un tiempo adquiere la temperatura del medio ambiente. ¿No es cierto que muchos cristianos han perdido su fervor espiritual e influenciados por el mundo, no sirven como testigos del la gracia de Dios? No es que sean rebeldes pero han dejado de ser reconocidos como cristianos, es decir, seguidores de Cristo. Debemos ser para Dios “grato olor de Cristo” u “olor de vida para vida” 2 Corintios 2:16-17.  El Señor exhortó la iglesia en Laodicea “que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas” Apocalipsis 3:18.  El Señor quiere que nos esforcemos para adquirir el ORO de la verdad y ponernos VESTIDURAS BLANCAS para vivir santamente.  El colirio como un medicamento aplicado a los ojos nos hará ver y entender lo que Dios quiere encontrar en nuestras vidas. Finaliza su mensaje a la iglesia como uno parado fuera de la puerta llamando. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” v.20. Es posible que una congregación entera no responda, pero cualquier individuo que lo haga, podrá disfrutar de la comunión con el Señor. ¿Será usted uno que está dispuesto a responder? “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” v.22. –daj

Lectura Diaria:
Jueces 8:1-35 [leer]
/Isaías 29:1-24 [leer]
/1 Corintios 8:1-13 [leer]