“Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; Pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón” Lucas 4:25-26

 

 

 

En esta segunda viuda mencionada por Lucas, nuevamente cobran importancia los nombres y los significados. Sidón significa “fortaleza” y Sarepta “fundición”, o “lugar de refinamiento”. En efecto, excavaciones han encontrado muchos hornos de los utilizados para trabajar el metal. Esta viuda está en necesidad, pero Dios el envía un profeta en representación de sí mismo. Dice Jesús que ” a ninguna otra fue enviado Elías (“Mi Dios es Jehová”).  La figura es muy precisa. Si miramos el relato de 1 Reyes 17:8-15, vemos que ella tenía agua, aceite y harina. No obstante, cuando llega Elías, ella no tiene nada para él. Los elementos estaban guardados y pensaba preparar algo para sustentarse por el día y luego abandonarse a lo que el destino le deparara.

Esta viuda representa al creyente de este tiempo, y experimentando la prueba. Si bien nuestra posición es segura (Sidón), la salvación es nuestra y Dios es nuestro padre, también al mismo tiempo estamos en el lugar de refinamiento (Sarepta), donde el metal es probado y se pasan dificultades. Tenemos provisión divina en la persona del Cristo encarnado, nuestro salvador (la harina), está la presencia real del Espíritu santo en el creyente (el aceite de la vasija), y tenemos también la palabra de Dios (el agua). Sin embargo, la viuda de Sarepta hubo de ser orientada en cuanto a sus prioridades. ella dice a Elías que pensaba trabajar para obtener unos palos para tener fuego y luego cocinarse el alimento para ella y su hijo. Elías, sin embargo, le pide que elabore algo con tan nobles ingredientes que ella posee en casa, y que están puestos a un lado: “hazme con ello primero una pequeña torta”.

Lo primero es tomar de la Palabra, con la guía del espíritu y en el poder y voluntad del Señor Jesús, presentar algo para Dios. “Luego, ve y haz como has dicho”. Dios no le trastornó su agenda, sino que le priorizó las cosas. De la misma manera el día de hoy debemos preparar primero una torta pequeña para Dios con lo que nos ha dejado, para luego comenzar nuestro día según hayamos planificado y debamos hacer. La enseñanza es muy clara: aun en medio de la prueba debemos echar mano de la provisión de Dios y esperar su provisión. La viuda de Sarepta nos enseña a buscar primeramente las cosas de Dios y su justicia y a considerar la prueba como el proceso progresivo de refinamiento para ser cada día más semejantes a su Hijo. Aprendamos de ella. –rc

Lectura Diaria:
Deuteronomio 18:9-19:21[leer]
/Joel 1 [leer]
/Lucas 11:37-54 [leer]