Hay niños que confeccionan algo y ansiosos esperan al padre cuando llega del trabajo para mostrárselo. Se fijan en su rostro para la primera señal que le gusta. Una sonrisa, un toque de cariño, y escuchar la expresión, “muy bien hecho” dan a entender que está complacido. De igual manera debe interesarnos complacer a nuestro Dios.

 

Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia” Salmo 147:11

 

Se desconoce quien fuera el autor del Salmo 147. Antiguas versiones de las Escrituras lo adscriben a los profetas Ageo y Zacarías después de que los israelitas se volvieran de Babilonia. Se mencionan algunas actividades divinas que revelan cuán interesado está Dios en cómo los suyos le responden a su bondad y en los cuáles Él se deleita. “Es bueno cantar salmos a nuestro Dios” v.1, pues Dios quiere escuchar nuestras alabanzas. Detrás de las actividades de reconstrucción de Jerusalén, estuvo la mano de Dios; “Jehová edifica a Jerusalén” v.2. Con ello cumplió su promesa de recoger a los desterrados de Israel. Nehemías 12:27 describe la gran alegría que sentían los retornados. Jehová se complace en ser alabado y en restaurar a su pueblo.

 

Las pruebas y la humillación que sufrieron los judíos cuando estaban en cautiverio ahora son un distante recuerdo y muchos atestiguan de que Dios “sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas” v.3. ¿Acaso los cautivos habían sido olvidados durante los años del cautiverio? Es imposible que fuera así pues Dios es el que “cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres” v.4. Ningún astrónomo hoy día maneja la cifra exacta de las estrellas pero, ¡la omnisciencia de Dios no solamente sabe el número sino también sus nombres! Celebremos la grandeza de nuestro Dios con el refrán, “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” v.5. Conoció bien al pueblo aun cuando sufría en el cautiverio. Su poder también se ejerce en los fenómenos climáticos ya que “cubre de nubes los cielos, (y)… prepara la lluvia para la tierra” v.8. La tierra produce la hierba y Dios se preocupa de mantener la bestia y también los pollitos de los cuervos (v.9).

 

Mientras Dios se complace en cuidar a su creación y a sus criaturas, hay ciertas cosas en las cuales no se deleita. Por ejemplo, no se deleita “en la fuerza del caballo, ni se complace en la agilidad del hombre” v.10. Hoy día hay mucho énfasis sobre el cuidado del cuerpo. Los deportistas trabajan arduamente para mantener su cuerpo en óptimas condiciones para que su rendimiento sea cada vez mejor, y en ciertas ciudades, ¡hay más personas que van a los gimnasios que asisten a las reuniones de una iglesia! Reconocemos que el ejercicio corporal tiene sus ventajas, pero cuando ello sea el enfoque principal de la vida sin tomar a Dios en cuenta, es conveniente que nos acordemos que Dios ordena: “Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera” 1 Timoteo 4:7-8. El texto de cabecera es la clave para nosotros; “se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia” v.12. De aquí a cien años, lo que tendrá valor para toda la eternidad va a ser el temor a Jehová y la dependencia de su misericordia salvadora. ¿No prefiere usted dar placer a Dios con su vida en el día de hoy? —daj

 

Lectura Diaria:
2 Reyes 9 [leer]
/Jeremias 44 [leer]
/Hebreos 11:17-40 [leer]