El mundo está lleno de evidencias del poder creador de Dios. Sin embargo, a pesar de tan contundente evidencia, hay personas que creen que no existe. La Biblia califica a los tales como necios. “dice el necio en su corazón: No hay Dios” Salmo 53:1. Hay miles que desmienten a los necios y reconocen la gracia de Dios que ha obrado en su favor.

 

“Por la gracia de Dios soy lo que soy.” 1 Corintios 15:10.

 

Sabemos que hay personas que dicen “dame pruebas de que Dios exista”. Dios se presenta en la Biblia como El Eterno, el que ha existido siempre y no es necesario que Él ofrezca argumentos para convencer a los escépticos. Si usted pusiera su mano frente a sus ojos y exigiera que su cuerpo probara que la mano existe, sería ridículo. También es ilógico que una persona viviendo en este mundo digo “pruébeme que Dios existe” pues el mundo está repleto de evidencias de su poder creador. La evidencia que Dios existe está por todas partes, tanto por el mundo físico, como por el efecto que se siente en la parte espiritual. El sol, la luna, las montañas, el mar, el desierto, y todo cuánto haya en el mundo demuestran que Dios existe. Por la parte espiritual, hay cambios en la vida de personas que se convierten por el evangelio y se relacionan con Dios a través del Señor Jesús. Ha habido casos de hombres ebrios que se convierten en esposos cariñosos. También el caso de la oficinista caprichosa que se cambia en compañera llevadera, o un joven ladrón cambiado en empleado honrado. El evangelio también afecta a una persona mentirosa salvada por la gracia de Dios cuyas palabras ahora son fidedignas. Estas personas son evidencias de que Dios existe.

 

Muchas personas buscan algún significado en la vida para que sean tomadas en cuenta. Persiguen sus sueños para tener sus nombres conocidos por el público como artista, deportista, inventor, o autor de una hazaña memorable. Buscan todo eso sin tomar a Dios en cuenta. Muchos no realizan su sueño. Hay algunos casos de personas que conocieron la fama por un tiempo y luego que se terminó. Después sentían una gran pérdida. Algunos están en clínicas tratando de rehabilitarse después de haberse enviciado con alguna sustancia adictiva. Buscaron hallar la satisfacción sin relacionarse con Dios. Han vivido como los incrédulos que piden que Dios pruebe su existencia.

 

El destacado fariseo llamado Saulo de Tarso recibió un duro golpe cuando pensaba estar en el punto álgido de su vida política y religiosa. Botado al suelo en el camino a la ciudad de Damasco, escuchó una voz de alguien que le preguntaba “¿por qué me persigue?” Hechos 9:5. Jesucristo le contestó y Saulo tuvo que admitir cuán equivocado estaba. Pensó que Jesucristo no existía como el resucitado y de repente está diciendo, “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” v.6 Años después Pablo escribió “Por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no ha sido en vano para conmigo” 1 Corintios 15:10. La persona que ha reconocido que Dios existe y se ha acercado a Él por medio del Señor Jesús reconoce que es la gracia de Dios que tiene que actuar para que hallemos significado en la vida. –daj

Lectura Diaria:
Jueces 4 [leer]
/Isaías 25 [leer]
/1 Corintios 4 [leer]