El libro de Rut tiene varias lecciones. La de hoy trata del peligro que significa abandonar el lugar donde Dios le ha puesto. Lea de la experiencia de Noemí y Elimelec.
“Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová.” Lamentaciones 3:40.

Miles de libros y artículos han sido escritos haciendo uso de los detalles que salen en el libro de Rut. Algunos lo tratan como una historia de amor, otros lo usan como fuente de consejo práctico para la vida cristiana, y muchos ven enseñanza profética. En realidad, posee todo esto y mucho más. Comienza con una pareja que ha perdido confianza en el futuro de su país, pues la escasez de alimentos les había llevado a tomar la decisión de abandonar Belén y dirigirse hacia al oriente. Iba al país extranjero de Moab. Aunque el nombre Belén significa “casa de pan”, había escasez de este alimento. Al tomar la decisión de irse, el problema de ellos en realidad era mayor pues habían perdido su confianza en Dios. La fe que una vez profesaban se ha diluido y buscan una solución en un lugar fuera del territorio donde Dios les había puesto. ¿Hay algunos hoy día que estén en una situación similar?

Es esencial mantener la confianza en Dios en todo momento. El que se aleja del lugar que Dios tiene para cada uno, pone en peligro su bienestar espiritual. ¿Cómo está el bienestar espiritual suyo? Hágase el siguiente examen: 1. ¿Leo mi Biblia todos los días? 2. ¿Tomo tiempo para orar a Dios en privado? 3. ¿Me gusta estar con otras personas que aman al Señor Jesús y a quienes les gusta hablar de Él? Si cualquier de las tres preguntas arroja una respuesta negativa, considere que una luz de advertencia se ha encendido. Su estado espiritual necesita ser atendido, pues de continuar así, hay peligro por delante. Así experimentaron Elimelec y Noemí al abandonar Belén y al pueblo de Dios. Dejar de seguir en la voluntad de Dios a fin de solucionar algún problema pasajero, resulta en tener problemas mayores, “Porque el Señor al que ama, disciplina” Hebreos 12:6.

Se requiere un corazón íntegro para disfrutar de las bendiciones que Dios tiene para los que le obedecen. Le faltó integridad a Elimelec cuando tomó a su mujer y a sus dos hijos, y desconoció su compromiso con Dios. Nunca volvió a pisar las calles de Belén, pues murió en Moab. Desconoció que las decisiones tomadas de comprometerse con Dios y con su pueblo son de por vida. Elimelec nos enseña del peligro de perder la confianza en Dios y ejercer nuestra propia voluntad. “Escudriñemos nuestros caminos”. –DAJ

Lectura Diaria:
Jueces 4 [leer]
/Isaías 25 [leer]
/1 Corintios 4 [leer]