¿Cuántas veces ha escuchado la pregunta por teléfono? — “¿Con quién tengo el gusto de hablar…?” Las empresas comerciales animan a sus empleados a establecer un contacto amistoso con los clientes llamándoles por nombre. Da el sentido de confianza y cariño. Dios tiene el nombre de los suyos grabados en sus manos y el Señor nos llaman por nombre.

 

Las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre” Juan 10:3

 

¿Es importante para Usted su nombre? Cuando se trata de cosas legales, muchos saben cuán importante una sola letra puede ser. Cuando se trata de identificarnos entre amigos y conocidos, cualquier apodo puede ser usado. En el año 2008 una mujer llamada Ginger conversaba con un vendedor de muebles. Este le pasó su tarjeta explicando que aunque decía Guillermo, “la verdad es que todos me llaman Willy. Nadie me llama por Guillermo, excepto mi madre, pero ya hace tiempo se fue”. Al decir esto, parece que sus ojos miraban al pasado distante y se olvidó de la cocina que la señora Ginger quería comprar. “Mi mamá me llamaba William cuando estaba molesta conmigo”. Se rió. Luego se puso serio, diciendo “ojalá que estuviera para escucharle llamarme de nuevo. ¿Ud. tiene sus padres vivos todavía?” La señora asintió con la cabeza.

 

La señora Ginger dejó de preocuparse por la cocina que quería comprar pensando que algo más importante le estaba sucediendo. Willy siguió recordando a sus padres y terminó diciendo, “disfrute de sus padres cuánto pueda pues el tiempo pasa tan rápido. Es lindo escuchar a los padres pronunciar el nombre de uno. Es un precioso regalo”. Salió de la tienda sin comprar nada y tan pronto llegó a casa, llamó a su mamá por teléfono. La voz placentera y la risa espontánea de su madre le hicieron sentirse contenta. Más tarde pensó en la bendición que era suya de tener a sus padres, mientras Guillermo los echaba de menos. Le llevó a pensar en una verdad bíblica como dice el texto de cabecera; cuando entra el pastor Jesús en el corral, “las ovejas oyen su voz” pero en forma individual “a sus ovejas llama por nombre” Juan 10:3.

 

¿Has pensado en la gran bendición de ser conocido individualmente por el Buen Pastor? Su conocimiento es tan perfecto que nos conoce por nuestros nombres. Cuando lees la Biblia, ¿sientes que Dios te está hablando en forma particular? Es como si te susurrara tu nombre para hablarte. Cuando Andrés trajo a su hermano Simón para conocer al Mesías, “mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)” Juan 1:42. Conoció a Natanael y la calidad de su vida antes de que Felipe le llamara para venir a conocer a Jesús. La experiencia de María Magdalena fue excepcional pues mientras lloraba en las afueras de la tumba sin saber dónde estaba Jesús, recibió la pregunta “mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” Juan 20:15. María pensaba que era el hortelano que la hacía la pregunta y por eso suponía que posiblemente él se lo había llevado a Jesús. Dijo: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré” ¡Qué noble deseo! ¿Cómo habría sido posible que ella sola se lo llevara? No sabía que era Jesús quien le conversaba, pero escuchó una sola palabra la cual cambió su tristeza en gozo; escuchó su nombre particular: “Jesús le dijo: ¡María! v.16. No hubo ninguna vacilación en su reacción, pues “volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)”. La Biblia habla de la bendición de las personas cuyos nombres están escritos en el libro de la vida: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles” Apocalipsis 3:5. ¿Es conocido el nombre suyo por el Buen Pastor? –daj

Lectura Diaria:
1 Samuel 4-5 [leer]
/Isaías 47 [leer]
/2 Corintios 8 [leer]