¿Somos llamados a servir a Dios? Lea la meditación de hoy para saber.
“Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.” Hechos 16:2-3.

La mayoría de los cristianos abriga en su corazón un fuerte deseo de servir al Señor. Muchos lo hacen en forma particular y otros juntos a sus hermanos en la fe. Participan en las actividades de la iglesia local. Se deleitan en vivir la vida cristiana demostrando el amor de su Señor para con sus prójimos. De hecho, el servicio a Dios es uno de los objetivos de la conversión. Por ejemplo, a los Tesalonicenses Pablo dijo: “os convertisteis de los ídolos a Dios, para SERVIR al Dios vivo y verdadero” 1 Tesalonicenses 1:9. Algunos cristianos son llamados por el Señor a cumplir una misión especial. Por eso se les llama “misioneros”. Pablo mismo y su compañero Bernabé habían experimentado una llamada especial cuando estaban activos en la iglesia en Antioquia. Había un grupo de “profetas y maestros” en la asamblea cuando el Espíritu Santo pidió que Pablo y Bernabé fuesen apartados para la obra a la cual Él les llamaba. En este caso Dios actuó soberanamente escogiendo a dos personas para que fuesen enviadas en una misión especial.

Cuando los hermanos en Antioquia supieron el deseo del Espíritu Santo, respondieron sin que nadie tuviera celos de los dos escogidos. Los hermanos de la iglesia prosiguieron con cautela y reconocieron la llamada. Con un acto simbólico de imponer las manos sobre ellos, (hoy día un estrechón de manos y un abrazo), Pablo y Bernabé fueron encomendados a la gracia de Dios. Hechos 14:26. El gesto simbólico de las manos demostró un compromiso de la congregación para con los dos llamados a servir a Dios. El relato de sus experiencias se halla en los Hechos 13:1-15:34. Habiendo terminado de viajar, “Pablo y Bernabé continuaron en Antioquia, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos”. El misionero no lo es solamente cuando esté lejos en lugares apartados, sino también cuando se vuelva a su lugar de origen. Hechos 15:35.

Todos los que responden a la voz del Señor son llamados a servir. “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” Mateo 4:19. Jesús mismo dijo de sí mismo, “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” Mateo 20:28. Había dicho anteriormente, “el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor” Hechos 20:26. Pablo y Bernabé dan un ejemplo digno de seguir, pues después de los logros obtenidos en su viaje misionero, volvieron a relatar cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos en abrir la puerta de la fe a los gentiles. No hablaron de sí mismos, sino de lo que Dios había hecho por medio de ellos. Son un buen ejemplo a seguir en tres aspectos. 1. Fueron dispuestos a ir cuando Dios les llamó. 2. Sirvieron con fidelidad y ahínco. 3. Volvieron a servir en la iglesia, dando todo el crédito a Dios. –DAJ

Lectura Diaria:
2 Cronicas 7 [leer]
/Ezequiel 32 [leer]
/Juan 11:55-12:19 [leer]