Se oye fuerte la expresión “hipócrita” cuando alguien se la aplica a otro. Lea como la usó el Señor Jesús en su día.
“En vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres” Marcos 7:7.

Jesucristo pasó por un período en que su ministerio era muy efectivo, pues “dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos” Marcos 6:56. El éxito del Salvador en su misión despertó la envidia en los líderes religiosos quienes veían mermada su influencia y en algunos casos sus reglamentos violados. Mientras los discípulos se acercaban a Jesús para estar con Él, los fariseos y los escribas hicieron un viaje desde Jerusalén para hostigarle. Eran celosos por su tradición religiosa sin que tuviera base bíblica para ser invocada. Se fijaron en los discípulos de Jesús que comían pan sin lavar las manos, Y “los condenaban” v.2.

Comer pan sin lavar las manos es opción personal, y no requisito religioso. Es una buena práctica por la higiene sin que tenga razones religiosas o ceremoniales. Los judíos insistían en que las manos debieran ser lavadas hasta el codo. Suponían que quizás hubieran tocado algo ceremonialmente inmundo. Marcos explica que “los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen” Marcos 6:3. Marcos explicó la tradición de los judíos para sus lectores gentiles, diciendo que “volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen” v.4. Hubo una serie de prohibiciones inventadas por los hombres que no formaban parte de la ley de Moisés.

Los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús “¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?” v.5. No preguntaron a los discípulos directamente, sino a Jesús. Inmediatamente Él salió en defensa de los suyos llamando a los líderes, “hipócritas” y dijo que su forma de actuar había sido profetizada por Isaías el profeta muchos años antes como pueblo que “de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí” v.6. La profecía es aplicable a los hipócritas de todas las épocas. Tienen palabras en sus labios, sin que la práctica esté en su vida. Como dice el texto de cabecera, los que critican en base de los “mandamientos de hombres” no honran a Dios. Dejan “el mandamiento de Dios”, para aferrarse “a la tradición de los hombres” v.8. Jesús estuvo consciente de las prácticas equivocadas de ellos y las críticas lanzadas contra los discípulos revelaron cuán lejos los líderes hipócritas se habían alejado de la sencilla Palabra de Dios. Conviene cuidarnos con nuestros comentarios o exigencias para no ser tildados de hipócritas como lo hizo el Señor refiriéndose a los fariseos y los escribas que criticaron a los discípulos. –daj

Lectura Diaria:
Éxodo 18:1-27 [leer]
/Salmos 56:1-57:11 [leer]
/Hechos 10:1-23 [leer]