“Vosotros hacéis las obras de vuestro padre” Juan 8:41

Los judíos creían que por ser de la descendencia de Abraham tenían algo a su favor delante de Dios. En realidad confiaban mucho en eso a tal punto que es su principal argumento delante de Jesús, cuando este les ofrece libertad por medio del conocimiento de la verdad: “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Ellos se consideraban hijos, miembros y parte de la familia de Abraham, el padre de los creyentes, el padre de los que creen en Dios y por esa fe son declarados justos (Génesis 15:6, Gálatas 3:9). Ellos no lo entendían así, pese a que Jesús les explica claramente que “todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:34).

A continuación el Señor Jesús les declara algo que debiera haberles hecho reflexionar profundamente: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer” (Juan 8:44). Este no es precisamente un halago. Sin embargo, es lo que Dios dice a cada uno de los seres humanos en su palabra. En la condición natural del hombre, este es un hijo del diablo, y los deseos de este padre son su interés. Este es un padre cruel y esclavizante. Sólo a manera de ejemplo citamos la Biblia donde dice que este ser homicida y padre de mentira “puso el mundo como un desierto, asoló sus ciudades y a sus presos nunca abrió la cárcel” (Isaías 14:17). Este es el señor de los inconversos. Además la Biblia es enfática en que no hay una condición intermedia, como de “casi hijo”. Se es o no se es.

Están los otros hijos, pero los que son de Abraham. Estos son los que le recibieron y junto con recibirle a él también recibieron el derecho de ser llamados hijos de Dios por haber creído en él (Juan 1:12). Los judíos disfrutaron de las bendiciones de Dios y no supieron apreciarlas. Jesús les dice que son esclavos, y tal como los esclavos de su tiempo, ellos no quedaron en la casa para siempre (Juan 8:35). Estuvieron “en la casa” por un tiempo largo, pero al no ser hijos fueron desechados. La bendición de Dios es para los verdaderos hijos de Abraham, los creyentes que han puesto su fe en Jesús. ¿Es usted un Hijo de Dios o un hijo del diablo? rc

Lectura Diaria:
Jueces 9:1-10:5 [leer]
/Isaías 30:1-33 [leer]
/1 Corintios 9:1-23 [leer]