“Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” Juan 8:36

Los hijos de Abraham son los que han recibido a Cristo, han creído en él y por esto también recibieron el derecho de ser llamados hijos de Dios (Juan 1:12). Los judíos disfrutaron de las bendiciones de Dios por mucho tiempo y no supieron apreciarlas por lo que fueron desechados al no calificar como hijos. Jesús les dice que son esclavos y como tales no quedaron en la casa para siempre (Juan 8:35). La bendición de Dios es para los verdaderos hijos de Abraham, los creyentes que han puesto su fe en Jesús.

De la misma manera, el día de hoy muchas personas creen que por haber nacido en una familia cristiana o por se hijos de creyentes o descendencia de creyentes, tienen algún privilegio delante de Dios. Los judíos decían que eran hijos de Abraham y por lo tanto estaban en superioridad y buen pie frente a Dios. Jesús les dice: “Sé que sois descendientes de Abraham”, no hijos (Juan 8:37). El Señor sabe de quién es hijo cada uno, de qué familia proviene y  todo lo concerniente a la vida personal y la ascendencia familiar. Pero en seguida les acusa: “Mi palabra no halla cabida en vosotros” (Juan 8:37). Ellos descendían de Abraham pero rechazaban la Palabra de Dios, la palabra que les llamaba a creer en Cristo y no a confiar en la religión de las obras, a dejar el orgullo nacionalista y su sensación de superioridad. “Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais” (Juan 8:39).

Ellos no eran hijos de Dios. “Si vuestro padre fuese Dios ciertamente me amaríais” (Juan 8:42) les dijo Jesús. La gente piensa que todos los seres humanos son hijos de Dios. Jesús dice “Yo sé que sois descendientes”, pero otra cosa es ser un  hijo. Las obras de Abraham son haber creído a Dios y por haber hecho eso fue justificado, fue declarado justo (Génesis 15:6). Jesús es el Hijo de Dios y Dios mismo (Juan 1:1). Un hijo de Dios le ama porque es Dios mismo manifestado en carne. ¿Ha creído usted a Jesucristo? ¿Ha hecho las obras de Abraham? ¿Ha sido justificado por la fe? ¿O rechaza al Hijo de Dios como aquellos que le crucificaron?: “Ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham” (Juan 8:40). ¿Ha sido usted libertado por el conocimiento de la verdad? rc

 

Lectura Diaria:
Jueces 10:6-11:28 [leer]
/Isaías 31:1-9 [leer]
/1 Corintios 9:24-10:13[leer]