La mujer creada por Dios y traída a Adán como su esposa recibió dos nombres aplicados a ella por su marido. Varona y Eva son los dos nombres y Adán tuvo una razón particular por usar cada nombre.

 

“Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Génesis 2:24.

 

Desde los albores de la creación, Dios instituyó la unión entre un hombre y una mujer. Fue el primer acto que Dios “ofició” pues luego de crear a Eva, se la trajo a Adán. “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne” Génesis 2:23. Adán había nombrado los animales y al concluir su tarea, se dio cuenta que no hubo pareja para él. No hubo nadie que pudiera serle compañera, pues ningún animal era “hueso” ni “carne” suya. Las bestias son criaturas hechas por Dios, pero de otra especie diferente que el ser humano. Si Adán pensaba que iba a encontrar a alguien similar a sí mismo, el nombramiento de los animales le convenció que no hubo nadie. No le sería difícil aceptar que la persona que Dios le trajera fuese la escogida. Recién se había despertado de un sueño y ahora tiene una marca en su cuerpo desde Dios había sacado una de sus costillas para hacerle una esposa. Dios hizo un trabajo de cirugía con Adán, pues “cerró la carne en su lugar” Génesis 2:21. Como un padre que entrega a su hija para ser casada, Dios entregó Eva a Adán y éste le puso el nombre suyo, “Varona, porque del varón fue tomada” Génesis 2:23. Con este modelo podemos entender por qué en una ceremonia de matrimonio, el padre “renuncia” a su hija, para que sea ya de otro.

 

Desde el comienzo cuando Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla” Génesis 1:26-28. Aun antes de caer en pecado, Adán y Eva habían recibido el encargo de tener familia, multiplicándose para llenar la tierra y señorear en ella, ejerciendo su autoridad en las bestias, las aves, y los peces. Es por eso que además de darle el nombre “Varona” como alguien que le pertenecía a él, y “llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes” Génesis 3:20. Eva fue su nombre como la causativa que dio origen a la raza humana.

 

Cuando Eva sucumbió ante el engaño de Satanás, causó que la raza de los vivientes de la cual ella era madre heredara su naturaleza pecaminosa. Hoy ésta naturaleza pecaminosa ha llevado a su “prole” a despreciar el vínculo matrimonial entre hombre y mujer. Un país tras otro cae bajo el peso de los que “Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible.” La Biblia dice claramente, “cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” Romanos 1:22-23, 25-27. Los cristianos son llamados a ser “fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.” Tito 2:10. “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” Apocalipsis 21:5.  –DAJ

 

Lectura Diaria:
Éxodo 9:1-35 [leer]
/Salmos 40:1-41:13 [leer]
/Hechos 4:1-31 [leer]