“Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho” Isaías 53:11

Como veíamos, la profecía de Isaías 53 está mayormente escrita en tiempo pasado, aun antes de haber venido el Hijo de Dios. Setecientos años antes del nacimiento en Belén, ya su cumplimiento se da por seguro, se cuneta como historia acontecida. El siervo fue menospreciado, fue angustiado, fue llevado al matadero, fue cortado de la tierra de los vivientes, fue herido… Sin embargo, en todo este conjunto de hechos la palabra nos deja aun un elemento de esperanza para el pecador.

Se nos esboza la resurrección y el hecho de que viene un día en que este siervo se regocijará al ver el resultado de tanto sufrimiento injusto, el resultado de su sacrificio: “Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje” (Isaías 53:10). El recogerá un fruto nacido de su dolor, angustia y muerte. Son aquellos que le han de “conocer”. Son aquellos que experimentarán el mismo “darse cuenta” de su profundo error, y afrenta para con él, darse cuenta de su pecado, como veíamos antes. Entonces habrá gozo, aquellos que lo conozcan serán “su linaje” (v. 10), su descendencia. Parte de su familia, un mismo Padre y un mismo Dios (Juan 20:17). “Por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores” (v. 12).

¿Forma usted parte de su linaje, del linaje del Hijo de Dios? Isaías 53 nos deja una ventana abierta, nos habla de que en el futuro el Señor recogerá a su pueblo, y esto aún no ha acontecido. Aún hay esperanza para usted, para que le reciba, para que sea salvo. No deje pasar más tiempo, reconozca al que “derramó su vida” por usted, hasta la muerte, al que llevó sus pecados. Crea en el Señor Jesucristo mientras aún hay tiempo. –rc

Lectura Diaria:
Génesis 15:1-16:16 [leer]
/Job 18:1-19:29 [leer]
/Mateo 8:28-9:17 [leer]