Lot escogió mal y terminó perdiendo todo, incluyendo su señora esposa y su integridad. Jesús nos instruyó a acordar de la mujer de Lot. Hay mucho en que pensar.

 

“… Nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.” Gálatas 1:3c, 4.

 

Cuando Pablo el apóstol escribió a Timoteo, le instruyó: “Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz con los que de corazón puro invocan al Señor” 2 Timoteo 2:22.  ¿Ha visto a alguien huir de un peligro? ¿Cómo huye? ¿A tranco lento? ¿No es cierto que se aleja lo más rápido posible de aquello que podría hacerle daño? La exhortación de Pablo a Timoteo fue huir del pecado y luego menciona lo que debe hacer en seguida: “HUIR” … y … “SIGUE la justicia, la fe, el amor, y la paz con los que de corazón puro invocan al Señor.” Significa actuar con justicia, ejercer fe, demostrar amor, y buscar vivir en paz con los otros que comparten los mismos ideales.

 

Dios conoce cuán malo es el mundo. En su Hijo Jesucristo Dios ha hecho provisión completa para que el ser humano sea librado a fin evitar la maldad y dedicarse a demostrar bondad. La obra de Jesús en la cruz fue perfecta. Por medio de ella podemos tener el perdón de pecados. Por medio de su resurrección, recibimos una vida nueva para vivir de manera diferente de los mundanos que nos rodean. La vida en Cristo es caracterizada por la justicia, la fe, el amor, y la paz. Es una vida sana y agradable a Dios. Es una vida que glorifica a Dios pues corresponde a como Él es. Se obtiene esta vida por medio de la fe en Cristo Jesús. El murió, pero resucitó a los tres días y hoy día está en el cielo desde donde quiere dirigir nuestras vidas. El objetivo que tuvo en mente cuando “se dio a sí mismo por nuestros pecados,” fue “para librarnos del presente siglo malo.” Este deseo es “conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” Gálatas 1:3-5. Por medio de Cristo, podemos vivir como Dios quiere. En su Palabra, poseemos una guía fiel y segura.

 

Lot se dejó impresionar por lo visto y perdió todo. Se sintió satisfecho con su elección al principio pero de a poco iba colocando su carpa en diferentes lugares hasta que por fin estableció su residencia en Sodoma. Dios hizo llover fuego y azufre sobre la ciudad, destruyéndola totalmente. El mundo presente está destinado a ser destruido. ¿Por qué pues vamos a adoptar los valores de él? Juntamente con la salvación en Cristo viene la grata esperanza de estar en el cielo para siempre jamás. El mensaje del evangelio continúa vigente: Dios ofrece la vida eterna a través de su Hijo Jesucristo. Cree en él, para que tengas una nueva vida. (Conclusión) –DAJ

Lectura Diaria:
Deuteronomio 16 [leer]
/Cantares 6:10-8:14 [leer]
/Lucas 11:1-13 [leer]