Los discípulos tuvieron una oportunidad dorada de aprender cómo se debe vivir la vida cuando acompañaban a Jesús en los lugares donde Él visitaba. Al escucharle hablar y al verle actuar, aprenderían que era más que un carpintero.

 

Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente.” Mateo 15:32.

Algunas Biblias tienen un agregado informativo que traza la vida del Señor Jesús en una tabla cronológica. La parte que recibe la mayor atención comienza cuando Jesús entra en su ministerio público después de ser bautizado por Juan Bautista. No sé si alguien ha calculado la cantidad de kilómetros que caminó nuestro Salvador en su ministerio atendiendo a la gente necesitada mientras predicaba el reino de Dios. En el evangelio de Marcos capítulo 5 se lee de un viaje que Jesús hizo en un barco cruzando el mar de Galilea. Fue para librar a un hombre atormentado por una legión de demonios. Terminado el milagro, Jesús pasó otra vez con sus discípulos a la otra orilla. Aunque el hombre quiso acompañar a Jesús, Él no se lo permitió, sino que instruyó al hombre irse a su casa para relatar lo que Dios había hecho con él. Marcos 5:18-20.

Llegado Jesús a la orilla opuesta, una multitud se reunió alrededor de Él y ésta fue la ocasión cuando Jairo le buscó para pedir que fuera a sanar a su hija moribunda. Mientras iban caminando hacia Capernaum, una mujer con hemorragia tocó el manto del Señor y el poder de Jesús le dio alivio por completo, poniendo fin a doce años de sufrimiento. La mujer había gastado todo su sustento en buscar una mejoría de parte de los doctores. Jesús le sanó en un instante sin que le costara nada. Mientras tanto, la hija de Jairo murió. De todos modos Jesús fue a la casa con Jairo e hizo el milagro de resucitarla.

Después de estar en Capernaum, Jesús viajó a su tierra, es decir, vino a la ciudad de Nazaret. Le seguían sus discípulos quienes se dejaron guiar siempre por su Señor pues tenían el gran deseo de estar donde Él estuviera. Así aprendían de sus dichos, y también de sus hechos. ¿Ha pensado Ud. en cuán interesante habría sido la vida de los discípulos en presencia de su Señor? Seguramente su aprecio por Él aumentaba cada día y no dejarían de maravillarse de su gran poder. Los discípulos no solamente veían a Jesús actuar con amor, sino también le escucharon decir, “tengo compasión de la gente” Mateo 15:32. Jesús quería que los suyos compartieran su gran amor por el pueblo. ¿No es cierto que nos conviene escuchar su voz hoy día y aprender de Él? ¿Acaso tenemos compasión para con los demás? La vida del cristiano debe tener como modelo la vida de Jesús y su compasión para con la gente. Pregúntese cada uno, ¿tengo yo compasión de otros? –daj (Continuará)

 

Lectura Diaria:
Levitico 16:1-29 [leer]
/Salmos 119:113-144 [leer]
/Marcos 6:1-29 [leer]