Ha habido muchos ejemplos de personas que han mostrado amor. Tal es el caso de un joven canadiense que hizo un esfuerzo supremo a favor de su tío. El tío apreció lo que hizo el sobrino pero años más tarde, no había apreciado lo que Cristo hizo por él por amor.

 

“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.” 1 Juan 2:9.

Muchos dicen que pertenecen a Cristo. Se espera que los tales anden caracterizados por las obras de la luz y no de las tinieblas. “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él” 1 Juan 1:5. Andar en la luz significa que uno vive su vida en comunión con Dios. Si no es así, “andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad” v.6. El texto de cabecera pone muy en claro que si uno dice que anda en la luz, debe haber evidencia de ello en su vida. Si alguien que dice que anda en luz y es caracterizado por el enojo o el odio, la evidencia es todo lo contrario.

 

Un joven cristiano de 25 años, (llamémosle Eduardo), era pescador, y trabajaba en la costa oriental de Canadá. Vivía en Labrador y era valioso miembro de la iglesia local de Lance au Loup. Junto a otros pescadores, incluyendo a su tío, se acercaban a la orilla caminando sobre los témpanos de hielo. De repente algunos de estos bloques de hielo se rompieron y todos cayeron al agua frígida. Desesperadamente trataban de alcanzar la playa nadando. La mayoría lograron su objetivo, pero el tío de Eduardo no sabía nadar. Los que estaban en tierra tiraron sogas y escaleras para que los pesadores las cogieran para salvarse. Eduardo vio a su tío un poco lejos de la playa y en dificultad. Por eso, volvió para ayudarle. Por detrás le tomó por la espalda y le empujó hacia la escalera que flotaba cerca, y el tío la alcanzó. De repente Eduardo cayó hacia atrás y murió, víctima de un infarto. Le sacaron del agua pero nada pudieron para hacerle volver. Se habló por años del amor sacrificial del joven Eduardo y lo que hizo por su tío.

 

Treinta años después, me presentaron al tío que estaba en la reunión de evangelización. Ya era viejo, y se acordó del lindo gesto de su sobrino. Me lo presentaron para que le hablara del Señor Jesús, cuyo amor fue más que un lindo gesto. Cristo hizo lo necesario para poder salvarle de la muerte eterna. El sobrino había hecho lo necesario para salvar de morir ahogado. A pesar de todo lo que el sobrino hizo, el tío no era creyente en Cristo. No había aceptado a Cristo como Salvador. Yo expliqué al tío el evangelio en la mejor forma, pero que yo sepa, siguió en las tinieblas. Su sobrino había andado en la luz, y realmente mostró amor. Es un buen ejemplo para nosotros los creyentes de cómo mostrar amor ante la necesidad ajena. Ojalá sepamos actuar como Eduardo. Sin embargo, ¿Hay alguien que lee estas líneas que sea igual al tío? ¿Aprecia lo que otros han hecho por usted pero no ha respondido con fe al Señor Jesús y lo que hizo a favor suyo? –David A. Jones

 

Lectura Diaria:
Números 11:4-35 [leer]
/Proverbios 9 [leer]
/1 Pedro 1 [leer]